Capítulo 12 UN EXTRAÑO EN TODAS PARTES

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—No te creo —me acusó James—, que trillado.
—Es verdad, mis zapatos se despedazaron con la primera lavada.
Eso pasa cuando tienes ocho años e intentas lavar tus zapatos con cualquier cosa que creas que es jabón.

—He vuelto —musitó Shawn reuniéndose con nosotros en la sala.
Le sonreí pero él no lo hizo; algo pasó que no me entero.

Se quitó la chaqueta y tomó asiento a mi lado.

—¿Por qué sonríes tanto? —le preguntó con molestia a James, vaya tuvo un mal día. Sonaba molesto.

—Porque tu chica es muy graciosa.

Entrecerré los ojos. No me gustaba por donde iba esta conversación.

—No soy su chica.

Me miraron con indignación al mismo tiempo. Maldición.

—Pronto lo serás, solo es cuestión de tiempo —repuso James, muy seguro de si mismo.

Me cubrí el rostro con ambas manos para que no me vieran la cara toda roja. Reconozco que Shawn es muy guapo y que en cierta manera siento una atracción hacia él, una atracción que no entiendo del todo. En cuanto a este último, no sé sus pensamientos por lo tanto tampoco sé lo que él siente por mí. No creo que sea ajeno, por alguna razón estoy aquí con él.

—No te agobies, solo ignóralo —dijo Shawn en un susurro. Estaba más cerca de lo normal, mi corazón se aceleró al darme cuenta de que Shawn me miraba los labios, para rematar terminó relamiéndose los suyos.

Finalmente apartó la mirada... ¡Carajo! Me gusta cuando lo hace, no sé porqué. Es inconsciente de ello. A veces me pregunto qué es lo que hace cuando él no está en un escenario. Es que en ocasiones tiene una actitud extraña, no muy propia de él.

Miré sus manos, ahora percaté lo raro en ellas: tiene cicatrices; no tan visibles pero sí lo suficiente para darme cuenta de que fueron recientes.

¿Qué es lo que hace al final del día?

Rocé mis dedos por sus nudillos, él se sobresaltó.

—Lo siento, ¿cómo te hiciste esto?
—Eso no importa, ya están sanando —lo noto algo nervioso.

Esas cicatrices son muy peculiares.

—No creo que sean cortadas, parece que fueron producto de una pelea —repuse.

—No me meto en peleas —me contradijo, sonando alterado.

—Pues parecen.

Eso lo puso todavía más nervioso ¿qué le pasa? Por qué no quiere decírmelo, desde cuando se altera por una suposición mía.

—Creo que me estás mintiendo.

Se levantó de golpe. Reconozco ese tipo de cosas; cuando mi hermano tenía mi edad, solía participar en pelas cuando alguien se le acercaba para robarle sus pertenencias.

—No lo hago. James, necesito hablar contigo.

Se encerraron en una habitación: no pude permanecer sentada por mucho tiempo aparentando que no pasa nada.

Se escuchó algo romperse, algo de vidrio.

Me puse de pie y acerqué mi oído a la puerta para escucharlos.

—Deja de romper cosas ¿por qué eres tan idiota?

—¡No lo haré ! Es la una única forma de calmar mi enojo.

—No es para tanto, Shawn —repuso James. Hubo inseguridad en sus palabras.

—¿No lo es? Por Dios, notó mis cicatrices ¡Ella las notó!

Eclipse S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora