Capítulo 23 ESCÁNDALOS

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Julio 2017.
“ El cantante canadiense, Shawn Mendes. Ha dado mucho de qué hablar tras ser visto con una chica en muchas ocasiones, no se sabe nada sobre ella pero los fans pronto lo van a averiguar”.

¡Joder!

“Se sabe que tiene dieciséis años y reside en Los Ángeles, California. Una estudiante de una de las mejores preparatorias del estado”.

¿Cómo saben eso?

“¿Será su novia o su prometida? Lleva un interesante anillo en la mano. Ambos son jóvenes para dar un paso tan grande”.

Sin comentarios.

“Cada día tenemos más curiosidad por saber quién es realmente la chica que le robó el corazón al canadiense”.

—¡Basta! ¡Es suficiente! —exclamé enojada.
Apagué el estúpido televisor. Desde la noche que Shawn estuvo en el hospital, los medios de comunicación se han vuelto locos. No lo soporto.
— Esto se salió de control —musitó James.
—¡Sí! Están jodiendo mi privacidad.
¿Qué esperabas? Me pregunté a mi misma.

— Solo hay una forma de solucionar la situación —comentó Shawn, lo miré perpleja. Él sonrió con picardía mientras me miraba fijamente, no pienso ni orar porque tengo la certeza de que su respuesta no me va a gustar.

— Confirmarlo — ¿Escuché bien? —, estamos juntos.

Hacerlo oficial, no suena tan descabellado como parece. Mis padres pueden enterarse pero no creo que estén de acuerdo con esto, no lo estarán. Me van a regañar, me castigaran y por último me matarán lentamente.

Una preocupación más para mi mente.

El resto del mes fue exactamente así; el Internet y la televisión estaban a nada de colapsar, yo incluyéndome, lo que se me ocurrió fue dejarlo pasar. Es muy infantil el hecho de no dar la cara para afrontar esto, pero si lo hago que lo dudo mucho; me veré obligada a dar una explicación, no una ni dos, muchas explicaciones hasta quedarme sin voz y harta de mis palabras.

Es fácil decir cosas, pero, afrontar el efecto que producen es un proceso complicado.

Lo primero que hice esta mañana fue ayudarle a Diana a preparar el desayuno. Todo estaba silencioso hasta que ella preguntó.

— ¿Sabes qué día es hoy?

—Primero de agosto —respondí con una pizca de confusión en mi voz.

Diana sonrió, no sé a qué se debe su grata alegría.

— Falta una semana —me informó. ¿Para qué? No la comprendo.
— ¿Podrías ser más concreta? —dije entre dientes. Ella suspiró.
—¿No lo adivinas?

Mi rostro era un poema. Es obvio que no. Negué con la cabeza y hacía gestos de duda.

Finalmente Diana se dio por vencida.
— El cumpleaños del joven Mendes es en una semana.

Me entró pánico, cómo pude olvidarlo. Dónde demonios tengo la cabeza, es obvio que no la tengo en las nubes.

¡Mierda!

En medio de eso apareció James, desde muy temprano había estado jugando baloncesto con Shawn, y por esa sonrisa tan grande en su rostro supe que ganó aquel juego amistoso.

Solté una carcajada  cuando vi el rostro de fastidio de Shawn. Este se retiró a su habitación.

Puse los ojos en blanco.

— Adivina quién ganó en esa jugada, nueve a dos — dijo triunfal.

Miré sus ojos grises.

— ¿Michael Jackson?
Pedazo de pregunta he dicho.
— ¡Eh! No metas al dios Michael en esto, he jugado limpio.

Me reí a carcajadas.

— Sí, sí, el cumpleaños de Shawn es en una semana —retomé el tema principal—, ¿Qué debo de hacer?

James respondió;

— Es muy simple mi niña; dale un obsequio.
¡Bravo! ¡Excelente! Perfecto. ¿Notan el sarcasmo?

— Ja, ja. ¿Que clase de obsequio?
Soy pésima dando obsequios, para dar uno necesito leer un libro de instrucciones. ¿Tan mala soy para eso? Sí, en la escala del uno al diez, es un cien.
— No voy a decírtelo, él tiene que hacerlo — dijo con picardía.

Cielos, que madres quiere darme a entender.

Terminó su desayuno y antes de retirarse murmuró en voz baja—. Pasa una noche a solas con él, con eso no me refiero a dormir.

Se fue.

— ¡James!
— Oh, vamos. No te sientas cohibida.  
Como puedo dejar que hable de esa forma. Diablos.
—Pero que imbécil —dije para mi misma.
—¿Qué sucede? —preguntó Shawn, uniéndose a nuestra supuesta conversación.
Las mejillas me ardían.
—James y sus geniales ideas —respondí con ironía.
Shawn intentó reprimir su risa, pero fracasó terriblemente. Acto seguido, tomó asiento quedando frente a mí. Se había cambiado de ropa y como siempre, usando ropa oscura.

—Por la sonrisa de idiota que él traía, supongo que te dijo algo burlesco —si que conocía bien a James.

—Oh, si que lo dijo —dije con ironía nuevamente.
Movía mis manos con nerviosismo, Shawn puso su mano derecha sobre la mía, con su pulgar dibujaba círculos alrededor de esta.

—¿Qué fue lo que te dijo James?
Bien, si lo decía, ¿cuál será su reacción? A la mierda, no quiero decirle eso.

Fruncí el ceño y negué con la cabeza:
—Será mejor que no lo sepas.
—¿Por qué?
—Porque yo lo digo.
Su rostro fue de diversión y sorpresa. Shawn es todo caso, es un chico expresivo. En lo personal, haría muchas imágenes tontas con su rostro.
Me aguanté la risa al imaginarlo.

Tuve la necesidad de salir de esa casa, abrí la puerta principal cuando su voz me detuvo:

—¿Qué crees que estás haciendo?
—Salir de este lugar.
De un segundo a otro él ya se encontraba a mi lado.
—Nadie te ha dado permiso —se cruzó de brazos.
—No lo necesito, me lo he dado yo misma, te he ahorrado el trabajo. No te preocupes, Shawn. Sé cómo volver.

No, no sabía cómo volver. Solo quería respirar aire fresco. Ver otras cosas.

Quería recorrer todo el país si fuera posible

Eclipse S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora