Había pasado una semana desde ese concierto. La última clase del día terminó y salí de inmediato. Fabián y Esmeralda aparecieron al instante cuando mi teléfono comenzó a sonar.
Eran notificaciones de Instagram y Twitter.Shawn Mendes ha comenzado a seguirte.
Maldita sea... esto no puede ser real. Si realmente lo es, por favor, que alguien me de un puñetazo. Creo que la frase siempre espectadora nunca protagonista ya no aplica para mí.
Ya estoy pensando en estupideces.
— Fátima, ¿te encuentras bien? — preguntó Fabián.
Asentí con inseguridad.
—Evans, te ves pálida...— antes de que Esmeralda pudiera terminar su frase le di mi teléfono.
— ¡Por una mierda! Shawn te sigue —se alteró.
Reaccioné rápido.
— Baja la voz — le ordené, ella mi miró pícaramente.No supe cómo interpretar esa mirada.
— ¿Quién es Shawn? — preguntó Fabián, se veía irritado por la emoción de mi amiga.
No me atreví a hablar.
— Celos, es lo que veo — murmuró Esmeralda. Mis mejillas se ruborizan.— No estoy celoso. Tengo curiosidad, díganme por favor.
Al parecer a Esmeralda, le gusta emparejarme con él, inició un estúpido juego en primer semestre y ahora ya es algo incómodo para nosotros.
— Shawn, es un chico que trata de conquistar a Evans, es muy guapo por cierto.
Me llevé la mano izquierda a la frente. Esmeralda, no te atrevas porque te terminarás quemando.
— ¡Ya basta Esmeralda! Y tú, Fabián. Deja de actuar como un tonto entrometido
— Solo quiero saber quién es Shawn — insistió él.
— Nadie al que debas de conocer, ¿entendido? — Fabián asintió.El auto de Daemon me esperaba. Hoy era jueves, ese día siempre me recoge del instituto. Después de despedirme de mis amigos y de subir al auto me sentí observada. De hecho desde hace una semana que observan.
*
Daemon, se estacionó en frente a una cafetería llamada hogar de los muffins suelo frecuentar este local los jueves y los fines de semana.
Todo del menú es delicioso y barato.
— Tengo un compromiso, así que no podré venir por ti. Llámame cuando llegues a casa, por favor.
Me miró con ternura.
— Lo prometo, Daemon.
— Ten cuidado, por lo que más quieras — dicho eso, me bajé del auto y entré a la cafetería.— Me alegra verte de nuevo, cariño — me dijo una señora de ojos grises y cabello canoso llamada Lucía, ella es dueña y mesera de este local. He venido tanto a este lugar desde que inicié el instituto, tanto que ella me ha tomado cariño.
— Gracias, Lucía — sonreí.
Dejé mi mochila bajo la mesa si no antes saqué un libro de la misma.
— Ese atuendo te hace lucir más linda de lo que ya eres — comentó ella, inconscientemente miré mi ropa. Traía puesto un vestido negro, con unas medias y botas de tacón del mismo color, acompañado de un saco también del mismo color que me llega hasta las rodillas igual que el vestido con una bufanda café. Hoy hace un frío de los cojones y sin querer me había vestido elegante.
En realidad se siente como si acabase de ir a un funeral.
— En unos minutos vuelvo, cariño — concluyó. Lucía me trata como si fuese su hija, me da el afecto que mi madre no ha sido capaz de darme.
Eso me puso triste.
Para distraerme abrí el libro en una página al azar. No estaba concentrada, no lo suficiente.
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Eclipse S.M
Fanfikce-No volverán a separarnos, ¿verdad? -pregunté con un poco de melancolía. -Nunca, cariño mío. Nunca más. -Promételo -lo desafíe. -No -susuró-. Mejor te lo juro. Shawn Mendes, qué podemos decir de él: es un atractivo cantante canadiense que su vid...