Eclipse S.M

Capítulo 14 ANILLO DE PLATA

Caminaba de un lado a otro como una tonta por toda la habitación. Shawn se había marchado desde temprano sin decir nada, no sé a dónde y eso me preocupa... aunque confíe en él, me mata no tener idea de que cosas hace o esté metido. ¿Por qué acepté venir con él? Me obligué a no darle vueltas al asunto. Tenía que perder el tiempo en otra cosa pero en qué.

No puedo comunicarme con nadie, no he encendido mi teléfono desde esos mensajes lo más probable es que mi padre termine matando junto con mi mejor amiga por no responder a sus llamadas. Deben de estar preocupados, usualmente no apago el teléfono porque siempre estoy en contacto.

Ni como solucionarlo.

—El joven Mendes ha regresado —dijo Diana tras la puerta. Genial...

Cepillo mi cabello por segunda vez y me dirijo a la cocina, inconscientemente comencé a jugar con una manzana que por supuesto no planeo comer.

— No juegues con la comida —musitó Diana.
—Perdón, estoy nerviosa.
Diana me observó con más atención.
—En realidad estoy preocupada... Shawn me preocupa.
—Pero si Shawn es un buen chico —repuso ella.

Sonreí forzadamente —. Tal vez, pero tengo la sensación de que eso no es del todo cierto.
Sé que tiene ocupaciones y es una imagen pública lo comprendo perfectamente, es difícil llevar una vida así, pero siempre regresa alterado, tenso y a veces tiene cortadas en las manos. No es normal.

—¿Crees que oculta algo?
—Él oculta algo —di por hecho.

James entró a la cocina con una pequeña caja negra en su mano derecha, cuando estuvo a una distancia considerable de mí me la entregó. No articulé pregunta alguna porque ya estaba harta de preguntar y no tener respuestas. Abrí la caja que contenía un anillo fino de plata con una perla incrustada, me encantan los anillos tuve uno pero lo perdí la navidad pasada.

Automáticamente fruncí el ceño.

—¿Por qué no te lo pones? —preguntó Shawn detrás de mí, me volví hacia él. Shawn sonreía y traía consigo una flor roja que al instante me ofreció.

—Toma, es para ti.

Solo sé que me estaba ruborizando.

Acepté la flor y miré el anillo en su respectiva caja—. Gracias, me encanta. A qué se debe tu repentino obsequio.

Sonrió de oreja a oreja.

—Bueno, quería recordarte la cita que tenemos esta noche.

Oh, la cita casi la olvido con toda esta preocupación—. Me gustaría que usaras ese anillo, lo compré especialmente para ti.

Sin miedo alguno me acerqué a él y besé su mejilla rápidamente, puedo jurar que su reacción fue la de un niño de cinco años entusiasmado por un juguete nuevo.

Shawn revisó su teléfono sin mucho interés y después lo guardó.

—Hay alguien que quiere conocerte.
¿Qué leches? No salgo de esta casa porque prácticamente soy muy fría con las personas al conocerlas y es difícil conocer gente en otro país, ¿por qué de la nada alguien quiere conocerme?
—Descuida, vas a agradarle. Creo —lo último lo dijo para sí mismo.

¿Crees? Vaya, fantástico.

Se retiró de la cocina para luego desaparecer, otra vez esa actitud.

—Creo que a Shawn le gustas mucho —murmuró Diana—. ¿Qué opinas James?
Ay Dios mío, tengo que salir sobrando.
Él respondió, jugando con las frutas, que actuación más mala he visto:
—Pienso que él está enamorado de ti.