CONFIESA

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El concierto de esta noche estuvo cargado de energía y pasión para Shawn, el tiempo transcurrió y él ni siquiera lo sintió; se dejó llevar por el momento.
Shawn entró a su camerino y se sacó la camisa de un jalón para luego ponerse otra que no estuviera empapada de sudor. En medio de eso Andrew entró.

— Siempre superándote… fue una gran presentación.

— Gracias, Andrew — dijo mientras sonreía.

Andrew lo notaba diferente: últimamente Shawn se mostraba más tranquilo, sereno con alegría más de la normal, por un momento pensó que no era él. No le tomó importancia, al fin de cuentas Shawn había sido alguna vez así . Lo que significa que está volviendo a hacer el mismo de antes… antes de todo el desastre.

— Tengo el presentimiento de que me vas a pedir algo — musito Shawn.

Andrew le miró divertido.

— Eres astuto. Sí, quiero pedirte algo… — dejó la frase sin terminar.

— Deja el misterio y dímelo.

Andrew movía las manos con torpeza y bajó la mirada. Suspiró y lo dijo:

— Quiero conocerla.

Habló tan rápido que Shawn lo miró confundido, por supuesto que lo había escuchado, pero Shawn fingió pensarlo por un tiempo indefinido.

Este último negó con la cabeza.

— Es una pésima idea, Andrew. Lo siento pero no.

Su manager insistió;

— Dame un buen motivo.

«No hablas en serio» pensó Shawn.

— No te he perdonado el hecho que la investigaras, no tenías porque hacerlo. Ella no es mala. Y, no quiero que le metas ideas a la cabeza.

Dejó a Andrew indefenso con sus palabras. Sin embargo, estas de cierta manera eran ciertas. Andrew podría meter la pata y contarle un montón de cosas; secretos más que nada. Con un descuido será capaz de contarle todos y cada uno de los secretos de Shawn. Podría contarle, cómo empezaron, en dónde y porqué… puede que también le diga sobre algunos de sus enfrentamientos. Eso no era lo peor; lo peor es ¿Qué pensará ella? Existe la posibilidad de que termine odiandolo. De tan solo imaginarlo le provocó escalofríos… han pasado meses, ha tenido contacto con ella y le tiene afecto. Más que eso, dejando de lado ese aspecto ella puede hablar. Puede contarle a cualquiera. No parece ser ese tipo de persona pero uno nunca sabe. Andrew lo tiene en cuenta; no puede arriesgarse y mucho menos si quiere conservarla junto a él.

— Shawn, quiero conocerla.
— Ya te dije que no.
— Hombre, solo quiero conocer a la chica. No torturarla.

Shawn se tensó.

— No vuelvas a expresarte de esa manera. Te lo advierto.

— Entendido, entonces… ¿puedo conocerla?

Shawn lo miró con fastidio —. ¿Por qué tanto interés? Te recuerdo que fuiste tú quien me dijo que no podía obsesionarme ni acercarme a ella. Ahora me sales con eso, no te entiendo.

La pregunta que más rondaba por su cabeza ¿Por qué quiere conocerla?

— No sé como explicartelo…
— Tienes que decirme el porqué, si es que quieres conocerla.

Shawn había ganado. Y a Andrew no le quedó otra opción:

— Cuando vi su fotografía, fue capaz de conmoverme. Sabes, tiene una imagen transparente e inocente, transmite calma y tranquilidad. Y eso, es lo que tú necesitas.

Salió del camerino.

Sus palabras eran ciertas.

Horas más tarde, Shawn subió a su auto.
Por costumbre miró a través de uno de los espejos. Lo que vio no le gustó ni en lo más mínimo.

Arthur Black, el chico con el que Shawn más veces se ha enfrentado.

Comenzó a aproximarse.

Shawn cerró los ojos con fuerza ¿Por qué no lo dejan en paz? Ellos solo complican el proceso de estar alejado de esas cosas.

Arthur Black es un año mayor que Shawn y un chico al cual temer...no le quedó de otra que permitir que se subiera al auto.

Shawn recordó su primer encuentro con él. En ese tiempo acababa de cumplir diecisiete años. Paseaba por las calles de Canadá acompañado de su guitarra, se encontró con algunas chicas y firmó un par de autógrafos como de costumbre. Cuando terminó su mirada y la de Arthur Black se encontraron por primera vez; dos polos opuestos, Shawn: un chico tranquilo y ajeno a lo que le rodea y Arthur un chico pelirrojo con una mirada vacía, sus ojos verdes lograron intimidar.  El pelirrojo se le acercó lo suficiente para pensar que le pueden robar sus pertenencias.

Y eso mismo hizo.

Ágilmente le arrebató la guitarra y salió huyendo lo más rápido posible, Shawn cometió un grave error: corrió tras él.
Shawn sacudió la cabeza lentamente para volver a la realidad:

— Mendes.
— Black.
Se miraron furtivamente.
— ¿Qué te trae por aquí?
— La curiosidad — contestó Arthur—. Has estado inactivo últimamente.

Shawn encendió el motor, sabe muy bien cómo terminará esto.

— Sabes, tengo una vida complicada y me cansé de seguir con esto.

Sus  palabras fueron un completo chiste para Arthur Black, este miraba a Shawn de perfil.

— He estado rondando por algunos lugares — sonaba ansioso —, me entero de cosas y al parecer tienes compañía.

¿Compañía? Este sujeto si que le gusta iniciar el misterio.

— Sé más específico, Black.
— No me mientas, Mendes. Tienes a una chica, así que confiesa.

Arthur Black es un chico que aparece en todas partes. Siempre procura seguirle el paso sea como sea.

Internamente Shawn estaba que echaba humo. Eso significa que tanto Fátima como él no están a salvo. Y, externamente, fingió indiferencia. Debe de proteger a la chica más que nunca.

Su único remedio fue mentir.

— Mi estilo de vida no me permite estar con una chica.
Ni él mismo se lo creé.
— Sin embargo, estás con una.
«Maldito» pensó.
— Mi vida íntima debe importarte un carajo. No te confundas.
— Como sea...pero confiesa, es por ella que estás muy tranquilo ¿cierto? No sabe que eres un tipo que adora las peleas. Por eso no la quieres dejar salir sola, tienes miedo, ¿cierto?

Shawn no respondió.

— ¡Confiesa maldito bastardo! — exclamó Arthur.

No, no y no…¿Él dijo qué? Rayos y centellas. Shawn frenó.

— A mí nadie me llama bastardo, tienes un minuto para salir de este auto si es que quieres seguir respirando — dijo con frialdad. Estaba irritado, cansado de todo.

— Esto no se quedará así, Mendes.
— Cinco segundos — dijo fríamente.

Tuvo algo de dignidad y se bajó del auto. Para asegurarse Shawn miró un lado a otro y nada, se desapareció en la sombra, donde pertenece.

Después del último incidente ocurrido en su propia casa, Shawn contrató a varios guardias de seguridad. Antes de entrar miró a través de la ventana; observó la melena castaña de Fátima, como movía las manos, también la vio sonreír esta conversaba con James.

Sintió un nudo en la garganta. Luego se preguntó; ¿Por qué no tengo una vida normal?

Eclipse S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora