Capítulo 20 GOLPE BAJO

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Todo pasó muy rápido que debió ser ilegal, bueno sí lo fue.

Arthur se levantó y se abalanzó sobre Shawn tumbandolo al suelo, no me dio tiempo de hacer algo porque los brazos de una mujer me taparon la boca, me arrastró hasta llegar a una furgoneta negra.

Intentó meterme a la fuerza a la misma pero no lo consiguió, puse resistencia absoluta. Me causó diversión su expresión de fastidio. Soy el tipo de persona que a pesar de que se esté cagando de miedo finge seguridad para no exponerse lo suficiente.

Pedazo de mujer: no tuvo piedad, terminé metiéndome a la furgoneta. La mujer fue inteligente y me amarró las manos, no fue necesario que me tapara la boca, sus ojos grises me daban un puto miedo de cojones ganándose así mi silencio absoluto.

Su molesta respiración se situaba en mi rostro. Ni estando loca me pondría a admirarla, por más cerca que se encuentre de mí no lo haría. Putos vidrios polarizados no puedo ver que pasa en el exterior.

¡Shawn! ¡Shawn! ¡Shawn! Tal vez sea una pérdida de tiempo pensarlo pero espero que esté bien, con eso me refiero a físicamente porque emocionalmente puede que esté igual que yo; hecho un desastre. Creo comprenderlo un poco, toda esa frustración de llegar a casa siendo consciente de sus problemas con las personas es agotador.

Continúo cuestionando el hecho de ¿Cómo logra meterse en problemas? Cómo fue que terminó involucrado con ese sujeto, Arthur para la edad que tiene es un chico enfermo que busca con quien meterse. Lo siento Shawn, hubiese preferido que me contaras la verdad desde el principio.

Nunca me lo dijo lo más lógico fue por miedo. También yo tengo miedo.

Minutos eternos, Arthur Black, llegó y arrancó. En cada semáforo rojo él me miraba fijamente, incluso me llegó a sonreír. Irónico; tiene linda sonrisa, pero no se compara con la de Shawn.

Brutalmente se detuvo, se desabrochó el cinturón de seguridad y cambió de asiento con la mujer que tenía a mi lado, mi cuerpo tembloroso como la gelatina se estremeció el triple con su cercanía.

¿Cómo demonios me escaparé de este tipo?

Primero voy a sufrir para que al menos pueda respirar aire fresco.

No puedo estar aquí, necesito estar en otra parte, avisarle a mi padre que estoy bien y que me iré a dormir tranquilamente. No se merece que le estas preocupaciones tontas. ¡Qué problemón estoy metida!

La voz de Arthur me centró a la realidad:

—Marie, me permites...

Espera un momento ¿Por qué putas me llama Marie?

—No me llames así.

Enarcó una ceja, fingiendo estar confundido.

—Así te llamas ¿no? Marie, es tu segundo nombre —afirmó con ironía.

—Es un nombre el cual odio —hice un énfasis en esa última palabra. Siempre he detestado ese nombre pero no más que el primero. Estoy acostumbrada.

—Da igual, me gusta más, así que acostúmbrate —dijo de mala gana.

No, no, no, a la mierda.

Por más sueño que tuviese no me permití dormir. Al bajar Arthur me desató las manos por lo menos él sí fue cuidadoso pero no lo fue cuando entramos a la casa de dos pisos.

Para qué mentir el lugar era mejor de lo que pensé: las paredes pintadas de lila, espacioso, bien amueblado, una barra desayunadora, un resumen de esto; una casa, la casa de Arthur Black.

Olvidé mencionar que en la barra desayunadora se encontraba una mujer ya madura que por la posición que estaba, ella preparaba la comida.

Él vive con mujeres, ay que genial. Notan mi emoción.

Cuando esa mujer me vio dejó caer el cuchillo.

—¡No me jodas Arthur! —internamente me causó gracia.

—¿Qué? No me fastidies.

—Que mierda tienes en la cabeza, muchacho desquiciado. Es muy joven ¡Es una niña!

Gracias seas quien seas, al menos tú me ves como realmente soy. Arthur masculló entre dientes:

—María, no metas las narices donde no te llaman.

Se llama María, por qué su nombre tiene que ser casi, pero casi igual que el mío. Curioso. Luego lo entendí, le gustan las chicas que sus nombres inicien con la letra M. Me repugna saberlo, no es ningún secreto que la chica que estuvo conmigo hace rato su nombre inicie con esa letra, prefiero decirle ojos grises.

Me dio un mareo, casi me desplomo en el suelo. Arthur trató de levantarme y lo hizo a pesar de negarme con frecuencia.

Terminé en una habitación de huéspedes y María me convenció de probar bocado y beber agua, me salvó de ese dolor de cabeza.

—No debes estar aquí —dijo María de repente.

—Estoy aquí por error, a caso ves mis ganas de permanecer en este lugar —le mostré las manos vacías, se tomó bien el sarcasmo.

Apareció ojos grises con unas tijeras algo oxidadas.

—Me extrañaste, castaña artificial.

¡Mierda! No soy ninguna artificial, soy natural.

—Sé más amable, Mariana —ay no. Ojos grises se acaba de ganar una enemiga.

Se sentó a mi lado y acercó las tijeras a mi cabello. Le di un manotazo. Uno con brusquedad.

—Que ruda, necesitas un corte de cabello —continuó acercando las tijeras, estas me causan cosquillas pero no quiero quedar calva.

Al final no lo hizo pero se quedó mirando mi chaqueta, que realmente no me pertenece.

—Esa chaqueta me es familiar.

Fruncí el ceño. ¿Qué? Es solo una chaqueta. Qué ridículo.

—Sí, se parece a la chaqueta que usa  Shawn Mendes. Podrá ser una chaqueta como las demás pero ese diseño es edición limitada,  solo existe una y Shawn es dueño de esa chaqueta.

Vale mierda, cómo ella sabe eso, lo conoce, lo dudo mucho.

—Espera; cabello castaño, ojos marrones, esa chaqueta —me obligó a mirarla—. ¡Eres la chica de Mendes, que suertuda!

Me miró con odio, con rencor, esto apesta. Sabe quien soy, recuerdo cuando Shawn me mencionó sutilmente en una entrevista.

Trágame tierra.

—Dime el secreto; eres bonita, pero no me pareces lo suficiente para que lo traigas loco. ¿Por qué él se fijó en ti?

Eso ni yo lo sé. Comenzaba a caerme mal con esa voz chillona.

—Mendes es un hombre muy atractivo —la punta de las tijeras recorría mi cuello con lentitud—. Lástima que no esté disponible, sabes castaña, siento celos de ti. Porque desearía que él estuviera loco pero por mí. ¡Pero tenías que existir tú, maldita niña! También quisiera matarte ahora mismo, más no lo haré. Arthur está interesado en ti y Mendes sufriría..

Eres una completa hija de puta...

«No dejes que sus palabras te afecten, trata de colmar tu paciencia, trata de jugar con tu mente»
¿Shawn dónde estás? Esto es fastidioso.

—Será mejor que me soportes, no quieres que tu queridísimo hermano, Daemon sufra ¿o si?

Golpe bajo. «No tienes que ceder»

¡Daemon! ¡Por qué ese tonto! Se supone que nadie sabe sobre mi familia, ellos están en Los Ángeles. No quiero que se metan con ellos.

¡Idiotas!

Shawn, sé que no puedes leer mentes pero date prisa. Esto es un punto infierno.

Eclipse S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora