Eclipse S.M

EN LAS REJAS

En el momento que Arthur Black fue esposado, se mantuvo consumiendo todo su odio por dentro. Su plan no funcionó, estuvo a nada de ser perfecto si aquel chico, Shawn Mendes no hubiera interferido. El único momento donde le quitaron las esposas fue cuando lo llevaron directo a su celda.

La cárcel. Arthur Black solo ha estado en prisión en dos ocasiones, pero no duró ni veinticuatro horas dentro de una. Motivo: María y Mariana solían pagar la fianza... ahora ellas están en las mismas, no hay alguien quien pueda ayudarlo.

Esta vez no.

Arthur miró su celda; tan pequeña, de un gris opaco y sumamente repugnante para él. Lo que parecía ser una cama, no era una cama, en realidad era una tabla de madera cubierta de una sábana desgastada, la almohada solo era un pedazo de tela relleno de periódico arrugado.

Una puta mierda, no era la vida que acostumbra.

«Eso te pasa por ser un idiota, todo porque querías derrotar a Shawn Mendes» pensó.

—¿Te diviertes? —preguntó un oficial.

Arthur sonrió con ironía y levantó el dedo corazón de su mano izquierda.

—Más respeto Black, te recuerdo que vas a pudrirte en este lugar.

«Ya lo veremos. Ya lo veremos»

Cinco de agosto, el juicio de Arthur Black había llegado.

Shawn Mendes fue llamado a primera hora del día anterior, para declarar en su contra. Fue sólo, usando un traje negro. Shawn quería dar una buena impresión y estar al margen, su abogado lo esperaba en aquella sala tomando asiento.

Shawn tomó asiento mirando de un lado a otro, la gente lo miraba como si fuera un fantasma. "¿Qué hace Shawn Mendes en un tribunal?" preguntaban muchos, esa pregunta no era exactamente su preocupación. ¿Si la gente habla, si dicen que lo vieron aquí?

Shawn se sobaba la sien, señal de que le dolía la cabeza de tanto pensar en todo lo que podía pasar en este juicio.
Él juez llegó a la hora acordada. El juicio acaba de comenzar.

—¡Orden en la sala! —exclamó el juez.

—Eres un hijo de puta —señaló Arthur a Shawn, este tragó saliva ruidosamente apretando los dientes.

—Si vuelvo a escuchar otro insulto de su parte, joven Black. Lo encerraré de por vida, sin excepción alguna.

Arthur contuvo todos los insultos, Shawn moría por responder.

Pasaron dos horas, tanto Shawn como Arthur hablaron, dieron su versión y por supuesto, la de Mendes fue más sensata. Shawn dijo la verdad y Arthur, ese imbécil negó todo. Al juez solo le quedaba dar la decisión final. 

—Debido a la información proporcionada por Mendes y abogado. He decidido lo siguiente; el acusado Arthur Black pagará una condena de veinte años, por asesinato, agresión y secuestro de una chica de dieciséis años —dicho esto, golpeó su martillo de madera contra la mesa.

Esa condena  no era suficiente. Arthur no tenía otra opción que seguir callado, ya no tenía caso negar  pues el cantante ya había rebelado todo, el mundo pareció girar y avanzar en cámara lenta. Siempre hacía las cosas sin importar que consecuencias podría ocasionarle, porque era libre y ahora ya no lo es, impotencia, remordimiento y melancolía era lo que sentía Arthur Black.

Arthur se puso de pie, mirando a Shawn.

La gente incluyendo al juez se retiraron de la sala, los oficiales no tardarán en llegar. Solo estaban ellos dos.

—Algo que quieras decirme, niño bonito —bufó Arthur.

Shawn se llevó las manos a los bolsillos de su pantalón.

—Ahora que lo mencionas, sí, sí quiero decirte algo. Si logras escapar que no me sorprendería que lo hicieras, no te vuelvas a acercar a ella, te lo advierto. Si intentas meterte con mi gente, terminarás muerto.

Arthur soltó una carcajada:

—¿Vas a enviar a alguien para matarme?

—No —dijo Shawn secamente.

Arthur esperó y Shawn avanzó hasta la puerta dispuesto a marcharse:

—Te mataré lentamente, hasta que lo sientas, mientras te vas directo al infierno.
—No lo harás, Mendes. No te creo capaz  ensuciarte las manos con un arma.
—No planeo tocar un arma, hay otras formas que puedo usar.

Shawn se fue.
La expresión de Arthur fue indiferente, pero por dentro se sentía intimidado por el cantante, pero no se dará por vencido. Ahora siente más rabia, más frustración y más deseo de venganza. Por una razón desconocida y enferma, Arthur Black está obsesionado con la chica de Shawn Mendes. Eso es un problema.