HOSPITAL

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Hace más de un año que Shawn Mendes no se paraba en un hospital. El doctor que lo atendió era el mismo de la última vez. Por suerte no le dio un sermón como las otras veces.

— Tuviste suerte, ha estas alturas se hubiera infectado —le informó el doctor Carlos. Que más se puede decir: Mendes es un chico con suerte.

Shawn asintió sin ánimos, los ojos le pesaban solo quería descansar dormir un poco. Cerraba los ojos con fuerza cada vez que sentía aquella aguja enterrarse en su piel, movía sus pies nerviosamente para olvidar la sensación. Fue imposible. Hizo muecas de  dolor.

— Aguanta, Mendes. Todavía no termino.

Shawn frunció el ceño.

—¿Por qué ella no puede entrar? —preguntó ansioso.

— Ella no necesita puntadas, está intacta.

Pasó una hora, el doctor finalizó poniéndole una venda en el brazo, inesperadamente se intercambiaron comentarios. No se odian a pesar de todos los malos entendidos. Para los ojos del doctor Carlos, Shawn estaba irreconocible, sus ojos ya no eran fríos que se tornaban a negros con facilidad, su apariencia física era más adulta, más madura.  Su rostro seguía transmitiendo tranquilidad, pero ahora se veía más radiante, un poco más expresivo, más vivo como cualquier  otra persona.

El doctor se preguntó así mismo si ese cambio se debía a esa chica a había venido con él.

La curiosidad mató al gato…

— Sé que eres un hijo de puta cuando te pregunto algo, pero quisiera saber quién es la chica que vino contigo.

Los ojos de Shawn brillaron —. Es la chica que he estado buscando, la chica de mis sueños —dijo en un gran suspiro. Eso decía mucho.

Shawn se había enamorado. El doctor le sonrió, ese chico se merecía eso y más. La vida le debe eso. Siguió su consejo.

— Sí que ha hecho un buen trabajo contigo, te tiene muy controlado. Pero sólo es una niña, pude darme cuenta de eso.

Shawn se perdió en sus pensamientos —. Lo sé.

—Si tanto te interesa no la trates como una niña. Ten cuidado —le aconsejó.

Él asintió.

Fue un completo caos salir del hospital, por fuentes desconocidas medio mundo se enteró que Shawn estaba ahí, y que no iba solo. Tal vez solucionaron el conflicto con Arthur Black que era el más grande de todos, pero aún tienen que lidiar con otros, en especial el cantante. La prensa: no será fácil librarse de ella son como una plaga de hormigas.

Los fotógrafos y reporteros le hacían las mismas preguntas a la vez.

Que dolor de cabeza…  

Insistían en saber con exactitud quien era la chica que estaba a su lado. Unos decían que era su novia y bueno, el resto pensaron que ella era su prometida, le vieron el anillo de la mano izquierda.

Subieron al auto y fueron a casa: el mundo ya sabía quién era ella.

— No te preocupes por tu padre, Andrew se hizo pasar por ti y le dijo que estabas bien por medio de un mensaje.

Fátima asintió. Ella se comunicaba por medio del teléfono del manager de Shawn. Suspiró aliviada, se a tragado el cuento.

—Te compraré un teléfono nuevo —repuso Shawn.

— Gracias, te lo agradezco. Ahora necesito…

Shawn no la dejó terminar la oración porque tomó su rostro con ambas manos y la besó con necesidad, hace un par de horas creyó que la había perdido. Fátima aferró sus brazos al cuello del chico, este deslizó sus manos hacia su cintura conforme pasaban los segundos Shawn daba pasos hacia delante, a la castaña no le quedó otra opción que enrollar sus piernas a la  cintura de Shawn.

Avanzaron por el pasillo y ropezaron varias veces hasta llegar a la habitación.

Fátima se tenso cuando él cerró la puerta.

—Estamos solos —susurró en su oído.

— ¿Es lo correcto? —preguntó ella.

—La verdad no lo sé. ¿Quieres descansar?

—Sí, por favor —suplicó.

Shawn observó cada movimiento de Fátima, en cuanto entró al baño aprovechó el momento para desvestirse y ponerse una ropa más cómoda. Su ansiedad volvió cuando Fátima salió, para rematar esta noche es muy calurosa y la ropa de ella lo dejaba en claro: vestía una bata de seda que le llegaba a las rodillas y se pegaba a su cuerpo, su intención es dormir sin sofocarse, no seducirlo. Siendo honestos ella no tiene ni la menor idea de como seducir a un hombre, no tiene experiencia.

Es una chica insegura y más en ese instante: se tortura con la misma pregunta; ¿Por qué él se fijó en mí? No importa lo que Shawn le diga, ella nunca lo comprenderá.

Se recostó en la cama, Shawn seguía mirándola de pies a cabeza. Perdido en sus pensamientos. Se acercó lo suficiente y la abrazó torpemente. Ahora las cosas van a calmarse, existirá calma para ambos. Por fin Shawn podrá enfocarse cien por ciento en su vida, su carrera, sin temor de ser amenazado en algún callejón cuando la noche caiga.

Podríamos decir que Shawn se siente completo, liberado, no atrapado. No más.

En cuanto a Fátima… ella está bien, le han pasado cosas que le han marcado pero siempre se recupera; está forzada a hacerlo. 
Shawn a entrado a su vida, pero su estilo de vida es muy diferente.

—Necesito decirte algo —dijo Shawn.
—¿Sobre qué? —preguntó en un tono casi ronco, eso distrajo por un segundo a Shawn.
—Aún no te cuento toda la historia. Verás, en una de mis visitas a urgencias, producto de una pelea, el doctor que me atendió fue el mismo que el de esta vez... Me daba igual lo que pasara pero quería una solución, una opción y él me la dio.

Fátima prestó atención a cada una de sus palabras, fueron tantas las cosas que ella quería decir, pero, no lo hizo. Necesitaba saber la versión de Shawn.

Shawn se aclaró la garganta y prosiguió —. Me había dicho que tenía que enamorarme de alguien, al principio me resultó una estupidez, pero era cierto. Estaba solo, hacia cosas y no paraba porque no tenía algo o alguien que me importara lo suficiente. Transitaba desesperado por todos los lugares sin encontrar nada, ni siquiera sabía lo que necesitaba y bueno... esa noche apareciste tú, en el momento en que tenía más conflictos. Hice lo imposible por alejarme pero de nada sirvió. Mirame estoy aquí, contigo, rodeandote con mis brazos.

Fátima se reincorporó y Shawn imitó su acción, volvió a abrazarla, ella alzó la mirada para verle el rostro —. Tú vida es más complicada de lo que pensé, Shawn. ¿No crees que estar juntos está mal?

Shawn le respondió:

—No. ¿Sabes por qué? Soy demasiado egoísta como para hacer lo correcto, te tengo mucho cariño y no puedo ignorar eso. El día en que nos conocimos, fue una señal. En el momento en que mis ojos se posaron en ti, supe que no debía de ignorarte.

Ella apenas podía creerlo. Shawn estaba contándole sus pensamientos. Quién es realidad.

—Lo hecho está hecho —Shawn asintió—, Definitivamente lo has llevado muy lejos, siento temor de todo esto. No soy tú, pero, sé que eres capaz de hacer locuras. Muchas locuras.
—No conozco mis límites —dijo él.

—No te lo tomes a mal, pienso que estás loco.
Shawn soltó una risa.
—Tú lo has dicho.
—Si pudieras volver al pasado, ¿cambiarias algo del mismo?

Los pulgares de Shawn tocaban los labios de Fátima—. No lo haría, no te hubiera conocido

De todas las noches que ha pasado ella en esa casa, por décima ocasión, están teniendo un momento tan profundo, muy íntimo. Shawn está confesando todo. Lo curioso era; cómo ella podía tener tanta paciencia.  El tiempo y las circunstancias te enseñan a ser paciente.
Shawn la apretó más contra él para hablarle en el oído:
—Déjame demostrarte que puedo ser lo que tú necesitas —Fátima se mordió el labio inferior y él continuó —. Eres joven, pero tú necesitas a un hombre, yo podría serlo.

Eclipse S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora