Eran las nueve de la noche cuando el ruido de la puerta principal siendo forzada me despertó. ¿Habrán olvidado mis padres y Daemon las llaves? No, no lo creo, si hubiera sido así me llamarían de inmediato. Sentí temor y nerviosismo, fue tanto, que creí que en cualquier momento me caería directo al suelo.
En cuestión de minutos hubo silencio. Un silencio macabro. Mi mano se mantuvo aferrada a la perilla de la puerta de mi habitación, esperando a una segunda señal para huir, dejé de respirar en segundos... Porque esa acción resulta ruidosa.
La segunda señal llegó: pisadas inseguras, seguían un patrón; dos pisadas, silencio y así continuamente. Como si el sujeto dudara de lo que hace.
Tocaron la puerta:
La sangre se me congeló.
Me mantuve inmóvil, volvieron a tocar... Maldita sea qué tedioso. En el instante que tocaron la puerta por tercera ocasión, el temor me abandonó, proporcionándome un poco de valentía.
Abrí la puerta.
Mis ojos miraron a un chico de rizos marrones y ojos castaños de rodillas. Con una apariencia intachable, unos ojos preciosos irradiando desesperación. Tenía la respiración agitada y estaba empapado. Cualquier expresión posible desapareció de mi rostro, ¿Cómo él llegó hasta aquí? Dejó de mirar mi rostro para examinarme de pies a cabeza, bruscamente me abrazó, escondiendo su rostro en mi cuello.
No me sorprendió que Shawn supiera cómo forzar una cerradura.
—¿Por qué estás mojado? —pregunté en voz baja.
—Estuve bajo la lluvia como por una hora, esperando mi oportunidad —respondió él.
¿Lluvia? Nunca me enteré que llovió, vaya, si que dormí profundamente.—Vas a enfermarte.
—Me importa una mierda.
—Entra ya —me rindo.Mucho tiempo sin tratar con él, ni sé cómo comportarme. En la habitación de Daemon saqué un cambio de ropa, hay ciertas prendas que no usa y son del estilo de Shawn.
—Toma —se la entregué—, te quedará ajustada, recuerda que eres más corpulento que mi hermano.
Shawn miró la ropa—.Ya me di cuenta, gracias.
Puse los ojos en blanco.
Le di la espalda en el momento que comenzó a desvestirse. Nada está bien, el hecho de que esté en mi habitación, habernos separado, habernos conocido, ¡todo¡ no puedo arrepentirme ni ahora ni nunca.
—He terminado, ¿podrías mirarme? Me disgusta que me des la espalda.
—¿Qué haces aquí?
—Estoy aquí por dos simples razones, la primera —se acercó lo suficiente que sentí su respiración—, las cosas se han calmado. Tú sabes bien a qué me refiero.Asentí.
Acarició mis mejillas, después se inclinó para besar ambas—. Segunda, te extrañaba.
Corté con la distancia existente para abrazarlo firmemente.
—También te extrañé.
—Entonces, ¿Por qué no respondiste a mis cartas?
—Me enteré de su existencia el día de ayer, lo siento.Puso sus manos en mis caderas, deslizando las mismas hacia arriba hasta llegar a mi cintura.
Respiré hondo para concentrarme.
—Te pedí que me olvidaras.
—Te dije que no lo haría —me contradijo.
—Shawn, cambié mi número cientos de veces, me alejé de las redes sociales, incluso cambié mi apariencia por una razón: tú. No quería que me encontraras y aquí estás frente a mí ¿qué voy hacer contigo? Me estás volviendo loca.
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Eclipse S.M
Fanfiction-No volverán a separarnos, ¿verdad? -pregunté con un poco de melancolía. -Nunca, cariño mío. Nunca más. -Promételo -lo desafíe. -No -susuró-. Mejor te lo juro. Shawn Mendes, qué podemos decir de él: es un atractivo cantante canadiense que su vid...