Ten cuidado con Max Irons

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—Abran el libro en la página 5, capitulo 2 por favor. Realicen una síntesis detallada de lo que entendieron, ¿está bien? Ya ansío leer sus reportes. — dijo el profesor de Lengua Inglesa, el profesor Meminger, también, por cierto, alemán. ¿Qué era lo que tenían con los alemanes?—, ¡Oh! Casi lo olvido, formen grupos de dos por favor.

Emma vio que todos formaban equipos y que solo el chico que la molesto hace un rato, que, por cierto ya formaba parte de su lista negra estaba disponible para formar grupo. Se molesto ante eso. El profesor Meminger la miro extrañado—, ¿no tienes grupo, Emma?

—No, profesor Meminger... pero puedo hacerlo sola. Trabajo mejor de manera unánime.

—Entonces, júntate con Max. El será tu compañero.

—Pero...— alego Emma al respecto pero el profesor solo la ignoro y el joven con una sonrisa burlona se sentó junto a ella.

—Hola de nuevo, preciosa.

Emma suspiro—. Solo has tu parte, yo hago la mía. No me hables, no me mires, no respires.

— ¿Terminaste de hablar tonterías?— respondió posando su codo en la mesa y apoyando su barbilla en la blanca palma de su mano. Ella solo lo miro y luego empezó a escribir.

El, sin sentirse satisfecho, hizo lo mismo que ella.

Una hora después, Emma llevaba ya tres páginas de síntesis y el chico ya cansado tiro el lápiz hacia la cara de ella. — ¡¿Qué haces?!— grito ella sintiendo una punzada en su mejilla, colorándose.

Se dio cuenta de que estaba haciendo un espectáculo en frente de toda la clase. Cada par de ojos en ella y aquel chico tonto quien estaba a punto de explotar a carcajadas. Emma se sentó echa humo y espero a que la clase terminara.

Se encontró con Joshua afuera del salón, le dio una mirada y siguió caminando. Este la siguió—, ¿Y...? ¿Cómo te fue, Chica Nueva?

Ella se dio la vuelta y lo miro enojada, ya había pasado por mucho ese día, y un chico tonto –incluso si es guapo– molestándola no la hacía sentir mejor.— escucha, mi nombre es Emma. Ya te lo dije.

El la miro con sus grandes ojos azules, sin entender— ¿Algo ocurrió?— ella asintió y caminaron juntos hacia el campus. Ella le conto de mala gana lo que le paso y el escucho atento a cada palabra que salía de su boca—, entonces... ¿Quién es?

— ¿El tipo ese? No lo sé, ni me interesa en lo mas mínimo.

Una joven de pelo rubio rizado se acercaba a ellos con una sonrisa, saludo a Joshua y luego a Emma—, soy Willa

—Emma— respondió la misma tratando de sonreír mientras miraba a la chica de ojos grises y sonrisa brillante. Willa la abrazo tomándola desprevenida y Joshua la miro con un gesto de entiende, ella es así.

—Entonces, el chico...— sonsaco Joshua.

—No se su nombre, Joshua. Es más, ni siquiera sé porque estoy hablando contigo.

El chico que la molesto en la clase salió al campus y ella lo vio, le tenia tanto odio y ni siquiera lo conocía de una hora, ¿es posible, acaso odiar a alguien así de rápido? Emma rompió el record.

—Es ese. — y lo señalo indiscriminadamente.

Joshua la miro—, ¿Max Irons?

Ella soltó una carcajada, que nombre tan extraño para un chico tan molesto. Ni siquiera le iba el nombre Max, pensó ella. Tan solo verlo le daban ganas de ir y darle una paliza. Ese saukerl.

—Todos conocen a Max Irons— respondió Willa. Emma por un momento se había olvidado de su existencia por lo que dio un salto sorprendida cuando Willa hablo.

—Que nombre tan ridículo...— respondió Emma, aun así, quiso saber más del tema—. ¿Quién es ese molesto ser humano?

—Es este chico... como decirlo, es el gigoló de la universidad. ¿Ves a todas esas chicas?— pregunto Willa señalando al grupito que se acercaba a Max— se las ha llevado a todas a la cama. Cuando terminaba con ellas las botaba. Por eso le dicen gigoló.

Emma se cruzo de brazos, — ¿Y tú? ¿Caíste en su juego?

Willa sonríe—. Casi. Desde que rompimos –fui su primera novia– me evita. Este es su último año aquí, menos mal— suspiro, segundos después miro a Emma—. No te creas lo que él te diga, no olvides que todo lo que él te diga se lo ha dicho a todas. Cada cumplido y demás.

—Entiendo. De todos modos, no me cae bien. Para nada—. Hizo énfasis en la última oración. Cuando iba de camino a casa pensamientos de aquel chico peligroso y molesto azotaron su mente. El no se burlaría de ella, ella no se convertiría en una pieza de sus juegos. Ya le paso una vez, le mintieron de la manera más cruel y tonta. No pasaría por eso de nuevo.

Se prometió a sí misma.


Catch my breath.- Max Irons (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora