-¿Por qué yo? -pregunté.
Él negó.
-Te he dicho que no lo sé -respondió. Luego pensó unos instantes -¿Por qué yo? Si esa pregunta te importa tanto.
Sonreí.
-Porque eres el único que siempre estuvo.
-¿Por qué yo? -pregunté.
Él negó.
-Te he dicho que no lo sé -respondió. Luego pensó unos instantes -¿Por qué yo? Si esa pregunta te importa tanto.
Sonreí.
-Porque eres el único que siempre estuvo.