-Duerme -ordenó acariciándome.
-No -respondí -no quiero dejarte.
-Prometo estar aquí cuando despiertes.
-Temo que rompas tu promesa.
-¿Crees realmente que podría dejarte sin decir adiós?
-Duerme -ordenó acariciándome.
-No -respondí -no quiero dejarte.
-Prometo estar aquí cuando despiertes.
-Temo que rompas tu promesa.
-¿Crees realmente que podría dejarte sin decir adiós?