El elevador parecía no llegar jamás. Pero, después de las milésimas más largas de mi vida, apareció ante mí y las puertas se abrieron.
-Buen día.
Los ojos azules más hermosos me observaban.
Capítulo 39
El elevador parecía no llegar jamás. Pero, después de las milésimas más largas de mi vida, apareció ante mí y las puertas se abrieron.
-Buen día.
Los ojos azules más hermosos me observaban.