Capítulo 68

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Era ella, aún vestida con bellas joyas y ropas de oro. Sus ojos negros me miraron.

-¿Cuánto lo extrañaré? -dije -es tan doloroso pensarlo que siquiera lo sé.

-Lo amabas verdaderamente.

-¡Tanto! -y suspiré -ha sido el único, y siempre lo será.

-Pero me elegiste a mí -habló maravillada.

Fruncí el ceño y negué.

-Claro que no -dije -me elegí a mí.

Levantó una ceja.

-¿Te arrepientes?

Me mordí el labio inferior.

-El tiempo lo decidirá. Es momento de hacer algo con mi vida.

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