Estábamos en silencio mirándonos cuando dije:
-Una vez me salvaste ¿lo recuerdas?
Sonrió como respuesta.
-¿Por qué lo hiciste?
-Por tu belleza -explicó -no podía dejar que murieras de esa manera. Eres la perfección.
-Si no lo hubieras hecho podríamos estar juntos -respondí.
-Sé porque lo hice -y pareció enojado -además estamos juntos ahora. ¿No te parece suficiente?
Lo besé.