Capítulo 18

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―Aaah, muy bien entonces. ¿Dejo esto acá? ―pregunté señalando el plato.

―Sí, no se haga problema. Joven, ¿necesita algo?

―Eh...sí, Ana me envió para que les encargue la cena de esta noche. No sabía que tenían una reunión con los fans ―rio.

El cocinero rio y yo me di vuelta para ver a Max. Levanté una ceja y una sonrisa apareció por mi rostro.

―Ese pescado acompañado con papas era digno de ser elogiado. No te pongas celoso que tus cafés son muy ricos también.

Vi que Max se puso color bordó y los cocineros aguantaban la risa. ¿Qué hice? ¿Dije algo inapropiado? Seguramente, siempre hago lo mismo. Tengo que calmarme. Me olvido que estoy en Inglaterra y acá son más fríos y menos demostrativos que los argentinos.

―No me puse celoso, Sarah. Solo fue un comentario para hacerlos reír.

―Oh, está bien. Es bueno saber que tenés sentido del humor, Max ―dije y los cocineros estaban que explotaban por aguantarse la risa.

―De hecho lo tengo, como esa vez que pensaste que ellos habían hecho los cupcakes que comiste con tantas ganas, Sarah.

Ahora sí, esta vez se rieron. Y yo me quedé boquiabierta porque no esperaba que Max contestara eso y de alguna forma me hizo reír a mí también.

―Estaban muy ricos, Max. Tenía que disfrutarlos y lo hice sin vergüenza. No podés decir que no te convidé, eh.

―Tenés razón, es verdad. Bueno, los dejamos tranquilos ―dijo mirando a los cocineros y los saludó con un gesto con la cabeza.

―Lo sé, siempre la tengo. Adiós, señores ―dije y les sonreí.

Los cocineros volvieron a reír, nos saludaron y Max rodó los ojos. Primera vez que lo veo hacer eso y me hizo acordar a mí porque lo hago todo el tiempo.

―No sabía que rodabas los ojos.

Max se puso rojo, de nuevo. Era lindo ver sus mejillas de ese color, quedaba tierno.

―No sabía que mirabas absolutamente todo.

―Oh, sí. Lo hago, soy muy curiosa.

―Se nota. Por eso lees cincuenta sombras, ¿no?

¿QUÉ? ¿Cómo mierda sabía que yo leía eso?  Mis ojos se abrieron como platos y mi rostro se puso de mil colores, ya se estaba volviendo una costumbre esto de pasar  vergüenza.

Amantes (En físico y en ebook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora