Capítulo 33

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Sarah

Alan me acompañó al baño del lugar, menos mal porque realmente estaba bastante escondido. Pobre, ya sabe cómo soy entonces se ofrece a ayudarme en donde sea. Lavé mis manos, me limpié el delineador corrido, pinté mis labios de rojo de nuevo, aunque esta vez más suave así no se notaba tanto y pasaba desapercibido. Arreglé mi pelo, la ropa que llevaba puesta y salí. Él me esperaba apoyado en la pared que se encontraba pegada al baño, estaba tan lindo. Camisa blanca, pantalón de jean oscuro, campera de cuero negra abierta puesta encima y zapatos marrones en los pies. Imaginé por un momento que él y yo estábamos juntos, nos imaginé de novios y sonreí al pensarlo. Alan y yo en una cita, él esperando que yo saliera para irnos juntos a nuestra casa a ver películas y cenar, dormir en la misma cama. Nuestro primer beso, nuestra primera vez...Empecé a sentirme acalorada y con el corazón latiéndome fuerte en el pecho. Su cuerpo desnudo junto al mío, besándonos y disfrutando de nuestras caricias. Bueno, se ve que tengo mucha imaginación porque es algo que ni en sueños pasaría. Qué vergüenza, no me creo que pensé todo eso y me hice una telenovela imaginaria e imposible. De cualquier forma no me sorprende, siempre hice lo mismo con varias situaciones de mi vida. Inhalé y exhalé, traté de borrar todo eso de mi mente ya que tenía que acercarme a él, saludarlo e irme.

Alan

Sarah salió del baño y parece que lo único que pudo pensar mi mente fue en nosotros dos haciéndolo ahí dentro. Tenía que calmarme, esto ya no era normal y no estaba bien en lo absoluto. Sí, estaba peleado con Melanie pero eso no implicaba que ya no estuviéramos juntos o que podía imaginar cómo se lo hacía a Sarah. Basta de pensar en eso. Se acercó a mí y sentí como otra vez el corazón latía más fuerte ni bien se acercaba, le sonreí y ella hizo lo mismo.

―Muy bien, ya estamos entonces.

―Así es, gracias nuevamente por acompañarme Alan.

―No es nada, Sarah. No es ninguna molestia, al contrario.

―Nos vemos pronto ―le sonreí y me acerqué a su mejilla para saludarlo. Lo quise besar ahí pero no sé si mi cabeza fue muy estúpida como para querer comprobar cómo eran sus besos o él se inclinó demás y terminamos besando los costados de nuestros labios. Ninguno parecía darse cuenta...o querer hacerlo pero no nos alejábamos, era como si siguiéramos buscando la boca del otro hasta que la encontramos. Lentamente nos fuimos acercando a los labios y nos besamos. Sí, en la boca. Tenía el corazón latiendo a mil por hora, era mejor de lo que había imaginado. Su boca era tan suave y tibia, se acoplaba perfecto a la mía. Parecía que ninguno quería terminar el beso, como si lo estuviéramos deseando hace tiempo. Se sentía increíble, me animé y puse mis brazos en su cuello atrayéndolo más hacia mí. Él puso sus manos en mi cintura y me apretó más hacia él. No sabía bien qué hacíamos o por qué lo hacíamos, pero parecíamos necesitarlo. Sentí lo apretado que estaba su pantalón y reí para mis adentros, sabiendo que yo había causado eso. Nos separamos despacio y solo pudimos mirarnos por unos segundos antes de decir algo.

―Yo...Eh, creo que ahora sí debería irme ―dije como pude y me quise escapar de ahí, no pude porque me tomó de la mano.

―Esperá, no te vayas así ―contestó y me miró con una expresión de arrepentimiento.

―Alan, de verdad tengo que irme.

―Solo quiero decirte algo antes de que lo hagas...Perdón, ¿sí? Sé que no estuvo bien que nos besáramos, tenés novio y no puedo andar besándote así. Lo lamento, de verdad.

―Sí...Tenés razón. Yo...estoy con alguien y esto no tuvo que haber pasado. De cualquier forma no fue solo tu culpa, en vez de alejarme yo también te besé. Perdón por eso, espero no tengas pareja porque me sentiría muy culpable.

―Me gustó ―expresó él.

―Alan...

―Me gustó el beso, mucho. Y siento que a vos también te pasó lo mismo que a mí.

―No importa si fue así o no, fue algo que no tuvo que pasar. Un momento que tuvimos los dos, solo eso.

―Sí importa, y pasó. Un momento hermoso, eso fue.

―Alan, por favor.

―Sarah...

―Cuidate, Alan.

―Vos también, Sarah.

Amantes (En físico y en ebook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora