Capítulo 48

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― ¿Está todo bien ahí? ―pregunta una vendedora.

Alan se ríe.

―Todo más que bien ―respondo agitada y sintiendo como Alan está dentro de mí.

Se empezó a mover, primero lentamente y después cada vez más rápido. Entre cada embestida se me escapaba un gemido y a él también. No dejábamos de nombrar a Dios y es que nos sentíamos en el cielo. Continuamos en ese ritmo hasta que ambos llegamos al orgasmo y pronunciamos el nombre del otro. Nos dejamos llevar y largamos un suspiro al final de todo.

―Eso estuvo increíble ―comenté, tratando de recuperar la respiración.

―Increíble es poco. No tenía idea de que lo hicieras tan bien.

―Uf, y de vos ni hablar. Hay que hacerlo más seguido.

―Por mí encantado. Ahora sí, probate el vestido que quiero ver lo bien que te queda.

Hice caso a lo que me dijo y me lo probé. Me gustó mucho cuando lo vi en el espejo. Era simple, pero lindo.

―Te queda perfecto.

Sonreí y me acerqué para darle un beso en los labios, lo finalicé con una pequeña mordida.

―Mmm ―gruñe―. Voy a tener que irme, por más que quisiera quedarme.

― ¿Te vas con tu noviecita? ¿Después de lo que acabamos de hacer? ―le pregunté más bien en tono acusador, mientras me saqué el vestido y me puse la ropa.

―No, ella está de compras en otro lado. Voy para el hotel ―contestó a medida que se iba poniendo la camisa y los pantalones.

―Oh, muy bien. Nos vemos allí entonces.

―Nos vemos, preciosa.

Me dio un beso en la mejilla y se fue, como sinada. Una vez que terminé, salí y noté como muchas de las personas allí dentrome miraban fijo. Oh, por dios. ¿Nos habrán escuchado? Siendo sincera, poco meimportaba después de haber cumplido una de mis fantasías. Madre mía, qué bienlo hacía. Fue mejor de lo que pensaba. Me acerqué a la caja y pagué el vestido.

Amantes (En físico y en ebook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora