Capítulo 50

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―Tal y como dije anoche: No, no me arrepiento de nada.

― ¿Entonces?

―Entonces...Quiero advertirte que solo tuve un novio antes así que no tengo idea de qué sigue ahora.

―Sos adorable, ¿quién no podría enamorarse de vos?

Sonreí ruborizada.

―Gracias. Debo admitir que jamás pensé que esto iba a pasarme. Es decir, solo soy una chica que vino a realizar entrevistas a su lugar favorito en el mundo y terminé enamorándome de vos.

―Yo tengo que admitir que jamás pensé que iba a volver a enamorarme, pero llegaste vos y derribaste todas esas barreras que había puesto alrededor de mi corazón.

―Me halaga mucho que digas eso.

―Es la pura verdad.

―Supongo que ahora nos queda pendiente ese café que me invitaste.

―Supongo, me alegra que no te lo hayas olvidado.

―No lo olvidaría. Pero tengo algo que decirte...

― ¿Qué pasó?

―Jonathan fue a hablarme y advertirme que me alejara de vos. Algo de que sos como su hermano y que Ana no permite que se mezcle trabajo y relaciones. No quiero causarte problemas, Max.

Suspiró enojado y murmuró "Jonathan".

―Le dije que no se metiera en esto, él no entiende lo que tenemos.

―Tranquilo, creo que en parte lo puedo llegar a entender. Viene una chica de la nada y cambia el mundo que conocen.

―Pero mi mundo es mejor ahora que estás en él, eso es lo que no entiende.

Ok, con eso casi muero de ternura. No sabía que detrás de esa imagen formal y un tanto frívola se encontraba un chico tierno.

―Eso fue muy dulce, gracias.

―Iré a hablar con él, no se puede seguir metiendo así.

―Pero tiene razón, ¿qué vas a hacer con tu trabajo y Ana?

―Aún no lo sé pero lo decidiré pronto. Ahora tengo que irme, Sarah.

Solo asentí.

Max

Era increíble como todo había cambiado de la noche a la mañana y con un beso. Ahora tenía que tomar una gran decisión: seguir a mi corazón o elegir el trabajo. Y a pesar de que me encontraba realmente contento de que Sarah y yo estuviéramos en la misma sintonía y de que me acordara de nuestro beso, no sé cómo me enfrentaría a Jonathan y a Ana. Mientras pensaba esto fui al cuarto de Jonathan y golpeé su puerta. Luego de unos segundos, la puerta se abrió y estaba él ¿con su ex? ¿No fue él quien me dijo que me alejara de Sarah? ¿Ahora él hace lo mismo? Es increíble lo caradura que puede ser la gente.

―Max, ¿qué pasa amigo?

―Necesitamos hablar. Lamento interrumpir.

―Ok, ahí voy.

Por su cara Jonathan no entendía nada, pero después de lo que vi yo entendía menos que él. Salí de la habitación y me siguió.

― ¿Qué necesitás, Max?

Amantes (En físico y en ebook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora