Veintisiete

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Harry.

Ahora mismo no puedo dejar de pensar en ella, a pesar de que debería pensar en que mañana mismo comienzo el primer curso de la universidad o debería pensar en buscar un trabajo ya que este departamento no se va a pagar solo. Llegué hace un día y sólo quisiera volver, pero sé que debo hacer esto, es lo correcto y no me echaré hacia atrás.
Me prometí a mí mismo que sería un mejor hombre para ella, uno del que se sienta orgulloso, uno con el que pueda formar una familia, y para eso debo trabajar duro, no puedo permitirme retroceder, así que lo mejor será que nisiquiera tenga contacto con Kendall.

Luego de unas horas termino de instalar todo en mi nuevo departamento, se ve bien, vaya que sí, desearía vivir en un lugar así con Kendall algún día, poder acomodar todo juntos, pintar las paredes los fines de semana y terminar los dos cubiertos de pintura, hacerla reír, comprar todo lo que necesite el departamento y todo eso tan cliché de siempre. Siempre odié todo aquello, todas esas mierdas cursilonas y ahora mírenme, mataría por tener algo así con ella. El timbre suena sacándome de mis pensamientos y voy a abrir rápidamente, una chica baja, rubia y de ojos azules me recibe con una sonrisa, me mira de pies a cabeza y me ofrece su mano.

-Hola soy Emma, tu vecina de al lado -dice con demasiada alegría.

Carraspeo y estrecho su mano -Soy Harry.

-Mucho gusto, espero verte a menudo por aquí, cualquier cosa que necesites estoy en el departamento de al lado -suelta mi mano y me mira.

Me pone incómodo.

-Bien... yo, gracias.

-Con gusto, hasta pronto -se despide de mí agitando su mano y yo hago lo mismo hasta que la veo desaparecer por el pasillo.

Vaya, que chica tan... peculiar.

(...)

A la mañana siguiente me levanto a primera hora para alistarme, no quisiera llegar tarde siendo mi primer día en la universidad así que llego con veinte minutos de anticipación, en el salón sólo hay tres personas así que aprovecho para sentarme adelante, dos chicas no me quitan sus ojos de encima como si yo fuese una clase de juguete nuevo o quien sabe que, poco a poco van llegando las personas y el salón se llena, el profesor entra entonces y en ese instante recuerdo los dos años que estuve en la universidad, súper aburridos y largos, por eso me salí, pero aquí tendré que aguantar porque ahora de verdad quiero terminar mis estudios, ahora tengo una buena razón. Luego de muchas horas finalmente salgo, aprovecho para ir a algún lugar a comer ya que me muero de hambre, para las cinco con cincuenta de la tarde me siento exhausto, sólo quiero llegar a mi departamento y dormir, así que pido la cuenta y salgo de ese lugar rumbo a mi departamento, el camino se me hace ameno y relativamente largo, a las seis y veinte aún no había llegado, estaba a unas cuantas casas de llegar cuando vi a Emma, mi vecina que también iba hacia el complejo de departamentos, pensé en alcanzarla y saludarla pero deseché esa idea ya que no tenía ganas la verdad, sin embargo cuando vi que dos hombres se acercaron a ella y le sacaron un cuchillo me alarmé, de inmediato reaccioné y corrí hasta llegar hacia donde ellos se encontraban, tomé a uno por la espalda y lo golpeé de tal forma que cayó al suelo y con el otro estampé mi puño contra su rostro, seguí golpeándolos hasta que se dieron por vencidos y decidieron huir, sí, me dieron unos cuantos golpes pero nada comparado a como yo los dejé a ellos.

-¿Estás bien, Harry? -Emma se acerca a mí con cara de preocupación y yo asiento.

-Lo estoy ¿Y tú? ¿Estás bien? ¿Te hicieron algo? -interrogo examinándola de pies a cabeza.

-No y todo gracias a ti -dice y se abalanza sobre mí.

Su abrazo es fuerte y no sé cómo exactamente corresponderle así que palmeo su espalda suavemente, cuando se separa de mí no sé qué hacer, así que agradezco que ella hable primero.

-¿Vamos? Se hace tarde y no quisiera tener otro inconveniente, además debo curarte esas heridas -sentencia y comienza a caminar.

Yo la sigo en silencio hasta que llegamos a los departamentos, saludo a uno que otro vecino ya que a pesar de que soy nuevo aquí, todos parecen ser muy amables.

-Ven -sisea abriendo la puerta de su departamento.

Entramos y todo está a oscuras así que tengo que arreglármelas para no tropezar y caer llevándome un fuerte golpe, cuando Emma enciende las luces me siento mejor, su departamento es muy bonito, muy al estilo de una mujer y huele a mujer, un delicioso aroma a mujer.

-Espérame aquí, enseguida traigo algo para curarte -estoy a punto de decir que no es necesario pero desaparece en su habitación.

Observo todo el lugar, en el mueble de la sala hay unos retratos y la curiosidad me gana, me acerco para notar que es Emma de pequeña y luce realmente linda y tierna, en realidad no ha cambiado nada.

-¿Te diviertes viendo mis fotos? -me sobresalto al escuchar su voz.

-Yo...

-No he cambiado nada ¿Cierto? -sonríe y me alivio de inmediato.

-Pues no, eres idéntica a como estás ahora -sonrío de vuelta y ella me hace señas para que me siente en la mesa.

En la mesa hay una botella de alcohol, algodón, un botiquín de primeros auxilios y una toalla, no sé para qué tantas cosas si nisiquiera fue para tanto pero bueno, no pienso decírselo.

-¿Y dime, cuál es tu apellido? -pregunta mientras moja el algodón en alcohol.

-Styles ¿El tuyo?

-Anderson ¿Cuántos años tienes Harry Styles? -dice con un tono de vacilación y mis labios se curvean.

-Veinte, bueno en un mes cumplo veinti uno -explico y ella sonríe.

-Es usted un jovencito Harry Styles, con su figura y rostro cualquiera pensaría que tiene más de veinti cinco -pone el algodón en mi cara y hago una mueca.

-¿Por qué? ¿Cuántos años tienes tú? -inquiero y ella sonríe.

-Veinti tres -dice con petulancia y frunzo el ceño.

-¿De verdad?

-Por supuesto. ¿Quiere ver mi identificación acaso? -ruedo los ojos.

-¿Quieres dejar de hablarme como si fuera un niño? ¿O como si tú fueras muy mayor? -vacilo y ella suelta una carcajada.

-Eres un aguafiestas -sigue riendo y me parece hermosa de repente.

Muy hermosa.

De alguna manera me recuerda un poco a Kendall y no puedo evitar preguntarme lo que estará haciendo justo ahora, desearía estar con ella ahora mismo.

(...)

-Gracias por todo, nos vemos mañana -me despido de Emma saliendo de su departamento.

-Gracias a ti por salvarme hoy, eres un héroe, hasta mañana -me guiña un ojo y cierra la puerta.

¿Héroe? No lo creo.

Entro a mi departamento y preparo todo para irme a la cama, es raro porque cuando estoy acostado empiezo a pensar en Kendall un buen rato, sin embargo de repente todo cambia y mis pensamientos son de la chica de al lado, la manera en la que me curó y lo buena que es, lo amable y extrovertida que es, sin darme cuenta me quedo dormido pensando en Emma.

Falling In Love |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora