Falling In Love |H.S|

Treinta

1 mes después.

Harry.

-Bien, un café de vainilla y un té helado por favor -apunto en la libreta y voy a dejar el pedido.

Llevo un mes en este trabajo de medio tiempo y gracias a ello puedo pagar el departamento y todos los demás gastos, la cafetería es bastante pintoresca y no hay día en el que no esté llena, mi compañera Emma es la mano derecha de la dueña así que además de tomar órdenes es la encargada de supervisar que todo vaya bien, es una chica muy simpática y en todo este tiempo que llevo de conocerla me he dado cuenta que es maravillosa, me ha salvado de varios encuentros con los platos sucios y además hace de mi trabajo el mejor, se ha convertido en una gran amiga y me ha sabido escuchar cuando le conté todo, el por qué estoy aquí y por supuesto sobre Kendall.

-Harry -me llama Emma desde la caja y voy enseguida -No hay mucho trabajo ya así que puedes irte, luces fatal -ríe y la fulmino con la mirada.

-Hey gracias -carcajeo y ruedo los ojos para ir a los vestidores a cambiarme.

Termino de cambiarme y tomo la chaqueta ya que afuera debe estar helando, coloco todo en su lugar y al hundir las manos en los bolsillos de la chaqueta topo con un cigarro de marihuana arrugado, de inmediato me viene a la cabeza el recuerdo y mi corazón duele. Fue de una vez que estaba fumando mientras esperaba a Kendall, recuerdo haberme asustado muchísimo cuando sentí dos brazos aprisionarme por detrás y al escuchar su risa escondí el cigarro en el bolsillo de mi chaqueta, de esta chaqueta.

Sacudo la cabeza y tomo las llaves de mi motocicleta, así es, mis padres me mandaron mucho dinero para que comprara un auto pero compré una moto porque un auto simplemente era mucho dinero, y aunque según ellos lo necesitaría, una moto me sienta mejor ya que la llevo conmigo a todos lados. Salgo de los vestidores y me despido de Emma, en otra ocasión la llevaría, este último mes lo he hecho sin embargo ella aún no ha terminado y yo necesito estar solo, necesito pensar en todo, necesito llamar a Louis y preguntarle cómo está ella, cómo está él, cómo están todos, pero ahora lo único que deseo es llegar a mi departamento y dormir, hoy ha sido un día duro en la universidad y en el trabajo.

Cuando llego me deshago de toda la ropa y me quedo únicamente en bóxer, agradezco que mañana no tenga universidad y pueda levantarme tarde, aunque luego debo ir a la cafetería pero eso no me molesta. Me tumbo en la cama y me meto bajo las sábanas, mis párpados comienzan a pesar pero ella no abandona mis pensamientos, por más que lo intentara no podía dejar de pensarla, me descubría cada noche pensando en ella, en lo que hubiera sido, en lo que sería y en lo que no es, y luego de una hora o menos finalmente me quedaba dormido, justamente como ahora.

(...)

-Una pasta con hongos por favor -pide la mujer mientras yo apunto en mi libreta.

Hoy la jornada de trabajo no está tan mal, bueno es que descansé bastante y me siento de maravilla.

-¿Algo más? -pregunto pero ella niega.

Voy a dejar el pedido en el mostrador y Emma me sonríe, le devuelvo la sonrisa y me dirijo rápidamente a los vestidores, saco el teléfono para ver si Louis respondió a mis mensajes pero nada, obviamente le pregunté cómo estaba él y Kendall, para empezar nisiquiera tuve que haberle mandado nada pero no lo pude evitar, la extraño con demasía y por más que lo niegue la amo, me acostumbré tanto a ella que no puedo sacarla de mi cabeza, la necesito, necesito tanto de sus abrazos, de sus dulces labios, extraño su sonrisa, sus ojos azules que me miraban con el amor que nunca nadie jamás me verá, su hermoso cabello castaño y su risa que se me hacía tan dulce, su loca forma de ser, el olor de su piel o la forma en la que susurraba mi nombre mientas le hacía el amor, extraño preparar el desayuno para ella o tomar una ducha juntos, joder la extraño tanto.