Cap. 7

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Nina Ivanov había vuelto a casa a penas cinco horas después de haber desaparecido… “jugando en el parque” había respondido cuando sus padres le preguntaron y le pidieron explicaciones, su madre había decidido ignorar el hecho de que la niña estuviera pálida y temblara levemente como si tuviera miedo. Una ducha, un beso y un cuento más tarde habían logrado que se calmara lo suficiente para poder ir a dormir. El hombre joven le había advertido que el hombre mayor podía ir por ella y que eso no sería bueno y ella, bueno, ella le creía porque después de todo él la había devuelto a su casa y se había visto realmente triste por la pérdida de su amiga. Ella había querido decirle que todo estaba bien y que su amiga probablemente volvería. Podían ir y preguntarle a ese Peter Hunt si sabía dónde estaba. Él había dicho que el reportero, que la madre de Nina encontraba atractivo, había estado hablando de ella.

La siguiente noche cuando sus padres veían las noticias y ella estaba en el suelo jugando con su muñeca, había visto al reportero y había escuchado lo que decía.

-          Sofía Valderrama sigue mejorando, pronto se le dará de alta del hospital y será trasladada a la casa de retiro del doctor Daniel Walker quien tomará tutela de la joven hasta que esta esté en condiciones de integrarse a la sociedad. – Sacaban una foto de una niña se siete años, esa debía ser Sofía y si Peter Hunt estaba hablando de ella entonces tenía que ser la amiga del hombre joven.

-          Mami, - Dijo volteando a ver a su madre quien inmediatamente le devolvió la mirada y una sonrisa amable. - ¿podemos mandarle un lobo negro a Sofía?

-          ¿Un lobo negro? – Preguntó su padre y Nina asintió levemente. - ¿Por qué un lobo negro?

-          Porque cuando ella estaba en la casa del hombre viejo tenía uno. Se lo regalo el hombre joven y era su peluche favorito, él me lo contó. Creo que la haría sentir bien tener algo que le recuerde a su hogar.

 Ambos adultos se voltearon a ver sorprendidos, la mujer tomó la mano de su esposo con fuerza y miró a su hija quien solo volvió a jugar con su muñeca sin prestar atención a nada de lo que sucedía a su alrededor.

Denise Andrade era conocida en todo el pueblo, había sido una estudiante estrella, había ganado una beca para alejarse de la pequeña ciudad y luego había regresado convertida en oficial de policía. Pero, la mayor sorpresa la había dado cuando se había convertido en la persona más joven y la primera mujer en conseguir el título de Jefa de policía. Se las había arreglado para relacionarse con todas las personas del pueblo e incluso había dado un número específico para emergencias. El pueblo había aceptado que no llamarían por cualquier cosa y solo en casos extremos. Casi nunca sonaba. De hecho, la primera vez que había sonado había sido cuando le avisaron de la desaparición de Sofía y la segunda vez cuando la encontraron. Esa tarde, cuando estaba leyendo el reporte de las mejoras de Sofía, había estado tan concentrada que al principio no entendió de donde venía el sonido del teléfono. Entonces lo volteo a ver y lo contesto apresurada.

-          Agente Andrade ¿cuál es su emergencia? – Entonces escucho una voz nerviosa.

-          Denise, soy Karolina Ivanov… - Una pausa y un suspiro. – No sé sinceramente si esto cuenta como una emergencia pero no he podido sacármelo de la mente. – Denise suspiró, conocía a Karolina pero a veces exageraba demasiado con cosas inútiles. – Nina, como sabes, estuvo perdida por unas horas, dijo que había estado en el parque… pero hoy mientras veíamos las noticias vimos el reporte de Sofía… y ella pidió que le mandáramos un lobo negro a la niña… cuando le pregunté por qué su respuesta fue que Sofía tenía uno en “la casa del hombre viejo” y que era una especie de regalo de parte del “hombre joven”.

Denise guardó silencio unos minutos, se despidió de la mujer y dijo que tomaría a consideración todo lo que había mencionado. Se sentó y miró sus manos… estaban temblando… regresó la mirada al archivo que Lucia le había mandado… al final estaban escritas, con la pulcra letra del doctor Daniel Walker, unas apresuradas notas sobre la última de las sesiones… una sola frase había captado su atención y se sintió caer y perder esperanzas en que la joven fuera de ayuda para el caso. “Sospecha de síndrome de Estocolmo” y a su lado escrita en una caligrafía perteneciente a Melissa Paz había un nombre que Sofía había revelado “Benjamín”.

El Síndrome de Estocolmo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora