8. Complicidad de hermanas.

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Hey Brother-Avicii

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Hey Brother-Avicii


Suspirando, se tiró a la cama, evocando los detalles del día. Había sido un día precioso y se sentía como una chiquilla con las hormonas alborotadas pero había pasado tanto tiempo desde la última vez que había compartido un momento agradable con un chico que le gustara... sabía que solo eran fantasías suyas, que nada sucedería entre ellos, pero realmente le hubiera gustado sentir los labios de Iker sobre los suyos.

¿A qué sabrían? Se preguntó, ¿sería bueno besando? ¿Estaría ella a la altura? Ese último pensamiento le provocó una mueca, pues eran gracias al imbécil de Charles, que en los últimos meses no se cansaba en decirle una y otra vez que era una frígida, que ni siquiera sabía dar un buen beso.

Tal vez fue bueno que no haya sucedido después de todo, no quería que Iker se diera cuenta de lo inepta que era. Odiaba tener esos pensamientos de ella misma, sabía que eran autodestructivos pero era difícil evitarlo, sacar las estúpidas palabras de Charlie de su cabeza.

Sin querer darle más vueltas a las cosas, sacó su IPhone y comenzó a revisar las fotografías que había tomado durante el día, sus favoritas eran las de ellos dos haciendo expresiones graciosas con los sombreros. Su mirada voló sin poder evitarlo al que le había comprado, que estaba cuidadosamente colocado sobre el tocador. Lo cierto es que el detalle le había encantado, más allá de que no iba para nada con su ropa y de que ella no usara ese tipo de accesorios. Iker dijo que se veía bien con él y realmente eso le dio la confianza para usarlo con orgullo y de alguna manera la hizo sentir especial.

Seleccionó sus fotos favoritas, tanto donde salía sola como otras con Iker y del paisaje y pensó subir algunas a su Instagram. Lo tenía un tanto abandonado, no lo actualizaba con frecuencia, de hecho la última era de hace casi cinco semanas de cuando Valeria regresó. Dispuesta a grabar cada de detalle del viaje, subió una que un joven les había tomado en la fuente, con el mar de fondo. Ambos sonreían y el pasaba un brazo por su cintura, mientras ella levantaba una pierna y hacia la señal de amor y paz con su mano derecha.

No había pasado ni cinco minutos y sus amigas de la prepa comenzaron a preguntarle que quien era él, que si ya tenía novio y no les había dicho nada. Rodó los ojos, debió suponer que los demás pensarían otra cosa pero lo cierto es que le valía, mientras ellos y su familia supieran que solo eran amigos, le bastaba.

Ni siquiera respondió a los comentarios, no tenía caso dar explicaciones. Además, ¿Qué hacían despiertas? Por Dios, si eran las cinco de la mañana en México. Seguramente están regresando del antro de playa, ese que se habré en verano toda la semana.

—¿Puedo pasar? —Preguntó Valeria del otro lado de la puerta.

—Sí, adelante...

No había tenido tanto tiempo a solas con ella, pero con verla feliz y a lado de su pequeña familia, le era suficiente.

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