Punto y aparte-Morat
La estancia quedó en silencio, asimilando lo recién descubierto.
—¡Joder, Iker! ¿Estás diciendo que mantuviste una relación con Estefanía por dos años? —Espetó estupefacto Tadeo, haciendo eco del pensamiento de los demás.
¿Cómo? ¿Cuándo? Tantas preguntas los inundaban, les parecía inverosímil, ¿cómo nadie se dio cuenta?
Joseph miró a su esposa con sorpresa, recordando las veces que ella lo había sugerido y nunca le creyó, siempre pensó que solo eran imaginaciones suyas. A esas alturas de su vida, debería haber aprendido a no subestimarla. Negó, aún anonadado, nunca se esperó eso, ni en mil años hubiera imaginado que algo pudiera surgir entre su hijo y esa muchacha. Esperaba en Dios que todo terminara bien, no sabía que hubiera sido de Iker si ella hubiera muerto.
Por su lado, Katherine estaba sin palabras. Mentiría si dijera que la noticia no la tomó por sorpresa pero a diferencia de los demás, que lo creían imposible, ella siempre supo que había algo especial entre esos dos solo que nunca imaginó hasta qué punto. Y en esos momentos, más allá de lo que pudiera ocurrir cuando la noticia salga a la luz, le preocupaba el estado de la muchacha, de Iker... no sabía cómo iban a superar este golpe. Nada deseaba más que ver a su hijo nuevamente feliz y sabía que solo lo sería a lado de Estefanía. Estaba segura que después de lo sucedido, Teffie estaba más herida que nunca y no lo perdonaría con facilidad, Iker iba a tener que esforzarse para ganarse de nuevo su confianza.
—Lo sé, suena inverosímil pero sí. Estuvimos juntos desde el primer verano que pasaron aquí...—murmuró, aún con la voz quebrada. Su pequeña, moría por verla, por asegurarse que estaba bien.
Sin muchas ganas, les contó lo sucedido; como comenzaron, lo que tuvieron que sortear durante ese tiempo para permanecer juntos, lo que Estefanía significaba para él y la razón del porque lo mantuvieron tanto tiempo en secreto. Con cada palabra, los recuerdos vivimos durante ese tiempo lo invadieron, recordándole lo estúpido y cobarde que había sido al dejarla ir, al haberla abandonado como lo hizo. En esos momentos, todas las razones por las que se había convencido que era lo correcto, carecían de fundamento, le parecían vanas.
—No lo puedo creer, en serio me dejas sin palabras—comenta Bruno, negando. Iker y Estefanía... eso no lo vio venir.
—Nos costó mucho ocultarlo, pero teníamos miedo que nadie lo acepte y romper la armonía que reinaba después del regreso de Valeria. No queríamos ser los causantes de más problemas, no después de tanta tristeza.
—Pero hijo, ¿te das cuenta lo que esto implica? —Cuestionó Joseph, temiendo lo que vendría cuando los padres de la muchacha se enteraran. No es como si fuera culpa de él lo sucedido, pero si era consciente que influyó mucho.
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Volver a ti©
RomanceLibro 2. Segundas Oportunidades. Se enamoraron sin querer. Sabían que sería difícil. Sabían que sus familias nunca lo aceptarían. Ella, 19 años. Él, 27. No es un abismo, ¿Qué son ocho años? Pero eran etapas diferentes y si le sumamos un océano d...