40. Bienvenida a casa.

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I'll be there-Jess Glynne

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I'll be there-Jess Glynne

Cuando los médicos le informaron a Estefanía que estaba lista para enfrentarse al mundo exterior, sentimientos contradictorios la invadieron. Por un lado estaba feliz de haber logrado superar ese proceso, del avance que había logrado. Pero por el otro, estaba aterrada con lo que pudiera encontrarse, con caer de nuevo.

—No, eso no sucederá—se dijo a sí misma, borrando esas ideas autodestructivas de su mente.

Ella era fuerte, tenaz y estaba decidida a nunca dejarse envolver de nuevo en esa oscuridad que estuvo a punto de acabarla. Podía con todo, incluso con sus propios sentimientos. ¿Qué sería difícil? Contaba con ello, pero estaba rodeada de personas que la amaban y sobre todo, ella había aprendido a amarse a sí misma.

El tema Iker aún era incierto. Su corazón y su mente seguían sin ponerse de acuerdo, pero intentaba no pensar en eso. Ya llegaría el momento de enfrentarlo, creía que cuando lo viera nuevamente, iba a tener una respuesta más clara al respecto.

Nunca imaginaría que eso sucedería más temprano de lo que ella pudiera pensar.

Llevaba ciento veinte días allí y estaba ansiosa por salir, por recuperar su vida y ver a su familia. A pesar de todas las interrogantes que el futuro tenía, se sentía lista y con la valentía suficiente para superar todos sus temores, todos los obstáculos que se le presentaran. Era humana y seguro fallaría de nuevo, pero eso ya no le preocupaba demasiado, la vida siempre tenía más cosas buenas para ofrecer. Ahora lo entendía.

Se le fue otorgada una valiosa segunda oportunidad y no iba a desaprovecharla.

Parte del proceso de sanación, había sido trazar planes, ponerse metas e ir por ellas una por una. La primera sería terminar su carrera, graduarse y ser la mejor versión de sí misma. Lamentablemente las prácticas en la ONU las había perdido, pero aún había una y mil oportunidades más esperándola allí afuera. Por el momento solo quería disfrutar a su familia, a sus amigos, su libertad.

Seguiría en terapia una vez por semana para guiarla en el proceso de readaptación, al menos por un tiempo, le habían explicado. Después, estas se irían esparciendo hasta que fueran una vez por mes, y al final, y una vez cada seis meses. Se escuchaba sencillo, esperaba que lo fuera, aunque no quería hacerse falsas ilusiones.

Lo único triste de dejar la clínica, era que no vería a Carol por un tiempo. Su amiga aún estaría un poco más allí, pero le había prometido visitarla y visitar a Sammy. Moría por conocer a esa pequeña. Haría lo que fuera para ayudarla, para que recuperara su vida y sobre todo, a su hija. Carol nunca más estaría sola.

—Estoy tan feliz por ti, Teff, verás a tu familia y recuperaras tu vida—murmuró su amiga. Ambas se encontraban acostadas en su cama. Al ser su última noche allí, permitieron que Carol se quedara en su habitación.

Volver a ti©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora