Libro 2. Segundas Oportunidades.
Se enamoraron sin querer. Sabían que sería difícil. Sabían que sus familias nunca lo aceptarían.
Ella, 19 años. Él, 27. No es un abismo, ¿Qué son ocho años? Pero eran etapas diferentes y si le sumamos un océano d...
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The feeling-Justin Bieber ft Halsey
Llevaban cuatro días en España y finalmente hoy conocería a Angélica. Si era sincera, sentía muchísimas curiosidad por la chica, creía que la relación que tenía con Tadeo era increíble a pesar de todas sus peleas, pues no eran más que simplezas, comparado a todo lo que ella sabía que podía ser una relación tormentosa.
—¡Diviértanse! —Dice Valeria al verlos marchar, mientras jugaba con Melanie. Damián y ella estaban teniendo unos días preciosos en Valencia, reconociéndose de nuevo y disfrutando de su pequeña familia. Teffie estaba feliz de verlos juntos, de ver a su sobrina rodeada de ambos.
—No, nos esperen a dormir—dice Tadeo, haciendo que tanto ella como Val, Damián y la señora Katherine rodaran los ojos.
No eran más de las cinco de la tarde y él ya tenía planes hasta para la noche. Ahora entendía porque le dijo que se pusiera algo cómodo. Había optado por unos pantalones cortos blancos y una blusa campesina de rayas azules con sandalias de piso. Sabía que primero irían a comer tapas* a un bar del centro y después a turistear por los alrededores.
—No dejes que te traiga de un lado a otro, Teffie, si estás cansada solo háblanos y vamos por ti si no quiere traerte a casa—dice la madre del muchacho, negando divertida hacia su hijo.
Valeria había hablado con la que fue su madre durante aquellos casi dos años sobre lo mal que Teff lo había pasado y le contó a grandes rasgos lo que la muchacha le había dicho sobre su ex novio, pues aún seguía en shock, no podía creer que su hermanita haya pasado por todo eso sola. Sentía impotencia al saber que si no hubiera sido por las mentiras de Bernardo, ella pudo estar a su lado, apoyándola y evitando que ese desgraciado le hiciera daño. La señora Katherine la entendía y le prometió que eso no iba a quedarse así, que su padre ya estaba haciéndose cargo del asunto, que aquel que creyeron su amigo, pagaría. Ambas estaban aprehensivas hacia la pequeña, preocupadas pues conocían a Tadeo y temían que Teff no pueda seguirle el paso y no querían que hiciera algo con lo que no se sintiera cómoda. Ese viaje era para que cambiara de aires y fuese una joven normal de nuevo pero no estaban seguras que tan lista estaba para eso, lo que menos necesitaba era presión. Pero también sabían, que si alguien podía lograr que la muchacha disfrutara de nuevo, ese era Tadeo. Creían que sería buena influencia en la vida de ella.
—Lo que necesites, estaré pendiente, peque—agrega Val, haciendo que su hermana pequeña sonriera, emocionada pues se sentía feliz al tenerla de nuevo preocupada por ella, apoyándola.
—Gracias... nos vemos.
Tadeo le había dicho que primero pasarían por Angie y luego verían a varios de sus amigos en el bar. Estaba impaciente por conocer gente nueva, amaba el acento español y moría por hacer amigos allí. Quien sabe, igual y algo más... pensó divertida, aunque en seguida la imagen de cierta persona apareció en su mente. No, eso es imposible, se dijo de inmediato. Iker es como su hermano mayor o eso es de lo quería convencerse.
