41. Ave Fénix.

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Rewrite the stars-James Arthur ft Ann Marie

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Rewrite the stars-James Arthur ft Ann Marie

Con impaciencia, Iker esperaba que su familia regresara de la fiesta de bienvenida de Estefanía, moría por tener noticias de la chica.

Le había pedido a Angie le tomara una foto en cuanto pasara por la puerta y su cuñada no lo había decepcionado, pues le había mandado varias durante la noche; De su pequeña sorprendida ante todo lo que le habían organizado, sonriendo con sus pequeños sobrinos sobre ella, una con Val... pero la más bonita, era una donde salía sola y sonreía, con las mejillas sonrojadas y los ojos brillantes. Deseo tanto estar a su lado en ese momento, ver en persona a su ave fénix renacer.

Siempre supo, que si alguien podía salir de eso, era ella.

Casi eran las diez de la noche cuando regresaron e Iker estaba que se trepaba a las paredes de impaciencia.

—¿Por qué tardaron tanto? ¿Cómo está? —Cuestionó apenas cruzaban el umbral, haciéndolos reír.

—Cálmate, hijo—murmuró Katherine con ternura—. Ella está bien, serena y aunque le queda camino por delante, estoy segura que lo logrará. Tardamos porque la fiesta se alargó, la charla no cesaba y Teffie estaba disfrutando, se mostró alegre y sorprendida de vernos a todos allí.

—Sí, aún no es ella completamente pero sé que pronto la chica loca que me fastidia la vida, volverá—agregó Tadeo. Aunque su amiga se mostró contenta, aún había un tanto de inseguridad y cautela en su actuar. Ni de cerca la Estefanía parlanchina y risueña que sabía, podía llegar a ser.

—Es un proceso largo, un tanto lento pero ha hecho un avance impresionante en el tiempo en rehabilitación—aseguró Joseph.

—Y antes que averigües, no, no preguntó por ti—informó Tadeo, ganándose otro manotazo por parte de su novia esa noche. Dios, es que no puede mantenerse callado, pensaba Angélica, resoplando.

—En serio, necesitas comenzar a pensar antes de abrir la boca, Tadeo—espetó.

—¿Qué? Si era obvio que iba a preguntarlo en algún momento—se defiende, no entendiendo porque su familia lo miraba con molestia.

—Angélica tiene razón, Tadeo, tienes que medir tus palabras. Eso que le dijiste a Estefanía, no fue correcto, no era el momento—lo reprendió Katherine, quien se había quedado con ganas en la fiesta.

—¿Qué hizo? —Cuestionó Iker, mirando a su hermano con irritación.

—Le insinuó a Teff que tú ya no vivías en España—contó Bruno, quien no había intervenido por prudencia pero que creía que su hermano debía saber lo sucedido con la muchacha, la reacción de esta ante la mención de él—. Se quedó callada, como procesándolo, pero no hizo ningún comentario al respecto, ni preguntó nada. El tema no se tocó.

La cara de Iker cayó, pues tenía una pequeña esperanza de que Estefanía haya preguntado por él o al menos mencionado.

—Dale tiempo, hijo, esa muchacha tiene mucho camino que recorrer. No será fácil, lo sabías.

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