Unconditionally-Katy Perry
Disfrutaron mucho de esa fiesta de bienvenida, ver a sus amigos y familia juntos. Tanto Valeria, como Estefanía, se sintieron acogidas y felices de estar en casa. Sus padres las mimaron hasta el cansancio, sintiéndose felices de tenerlas de regreso. Finalmente eran una familia nuevamente.
Al atardecer, Damián y Valeria ya morían por irse a su casa y tener privacidad, impacientes por comenzar de nuevo en su paraíso personal. Y por su lado, la pequeña moría por ver a su novio, a quien solo le había enviado un texto cuando aterrizaron.
—Solo porque sé lo cansada que estás cansada por el viaje, no te interrogo—sentenció Alexa cuando se despedía, provocando que Estefanía rodara los ojos divertida. Sabía que no iba a salvarse de esa charla, pues su mejor amiga no le iba a dar tregua. Alexa insistía en que algo le ocultaba y no iba parar hasta descubrirlo.
—Pesada... no hay dada—negó, pero estaba consciente de la inseguridad que sus palabras reflejaban.
—Créetelo primero y luego intentas convencerme—dice Alexa con diversión—. Vengo por ti mañana para comer, hay que ponernos al día...
—Tienes que contarme con lujo de detalles tu cita—. La chica soltó unas risitas tontas, propias de alguien enamorado—. Te pegó fuerte.
—Calla...—dice con ilusión—pero sí, tengo que contarte todo y pronto lo conocerás. Le ha hablado mucho de ti.
—Eso espero, además, todavía tengo que darle mi aprobación—bromeó.
En cuanto el último invitado se fue, se despidió de sus padres, quienes le dijeron que ya mañana hablarían con calma, que la dejarían descansar. Estefanía sabía que tenían una plática pendiente, que ellos querían saber la historia completa de su boca y se lo merecían, estaba muy consciente de eso.
Ni bien estuvo en su habitación, le escribió a Iker. Eran pasadas la media noche en España pero esperaba que estuviera despierto, pues moría por escuchar su voz.
"Hola! Al fin se fueron todos, estoy muerta pero contenta de estar en casa. Te extraño mucho, ¿estás despierto?" Envío, con pocas esperanzas pues parecía que su novio no estaba en línea y su última conexión era de dos horas atrás. Pero no pasó ni un minuto cuando tuvo la respuesta esperada y él le marcó por FaceTime.
—Por fin... pensé que esa fiesta no terminaría nunca—murmuró el chico en cuanto la tuvo a cuadro, haciéndola reír.
—Hola a ti también—broma la chica.
—Hola preciosa...—sonríe con inocencia—. Yo también te extraño, por cierto.
Y después de casi una hora hablando y poniéndose al día, con renuencia se despidieron pues Iker tenía que trabajar al día siguiente y Estefanía moría de sueño a pesar de que apenas pasaban las seis de la tarde.
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Volver a ti©
RomanceLibro 2. Segundas Oportunidades. Se enamoraron sin querer. Sabían que sería difícil. Sabían que sus familias nunca lo aceptarían. Ella, 19 años. Él, 27. No es un abismo, ¿Qué son ocho años? Pero eran etapas diferentes y si le sumamos un océano d...