Libro 2. Segundas Oportunidades.
Se enamoraron sin querer. Sabían que sería difícil. Sabían que sus familias nunca lo aceptarían.
Ella, 19 años. Él, 27. No es un abismo, ¿Qué son ocho años? Pero eran etapas diferentes y si le sumamos un océano d...
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Close-Nick Jonas ft TOVE LO
Llegaron al paseo marítimo y después de estacionar comenzaron el recorrido en un monumento que era una fuente en forma de pequeño bote. A Teffie le encanto y de inmediato le pidió a Iker que le sacara una foto frente a ella, así como hizo que ambos se tomaran una selfie.
Siendo verano, estaba el mercadillo que se ponía en esas fechas y paraban en cada puesto viendo las artesanías, sacándose fotos y probando dulces y comidas típicos de la región. Iker iba explicándole que era cada cosa, apremiándola a que probara de todo.
—Hay demasiada gente aquí—dice Teff, intentando llegar hasta el siguiente puesto, donde vendían sombreros de playa.
—Es temporada turística y la gente suele reunirse aquí a pasar el rato.
—Me encanta—asegura, tomando su mano sin segundas intenciones, sin pensar y arrastrándolo a un costado del puesto para tomar un sombrero azul y ponérselo en la cabeza—. Queda muy bien en ti—dice divertida, sacándole otra fotografía.
Iker rueda los ojos y toma uno naranja para ella.
—Perfecta—murmura entre divertido y serio, haciendo que ella riera un tanto ruborizada por sus palabras.
Ninguno se percató, que continuaban con las vamos entrelazadas, incluso, haciendo maromas, logró sacar su celular y sacarse una foto juntos, posando con los sombres, con poses y muecas divertidas. La señora del puesto los observaba divertida, diciendo lo bien que se veían con ellos y que deberían llevárselo, por supuesto se lo dice a todo el mundo para vender, pero Iker no podía estar más de acuerdo en que Estefanía lucía muy bien con él y de inmediato se lo compró.
—Estás loco—dice la chica divertida cuando le pagó a la señora—. Ni siquiera va con mi ropa—señala con certeza, pues traía unos pantalones cortos de mezclilla y una blusa azul cielo sencilla con sandalias blancas.
—¿Y eso qué? El color resalta tus ojos, te ves preciosa—aseguró, tocando con ternura su nariz, haciendo que ella se ruborizara de nuevo. Con su cabello castaño claro y sus ojos verdosos como los de Valeria, heredados de su madre, era totalmente cierto que el naranja le favorecía—. Anda, sigamos caminando.
—Odio usar lentes—se queja Teffie cuando reanudan su camino, poniéndose de nuevo los lentes de sol.
—Pues no los uses—dice con simpleza Iker.
—Pero el sol me molesta los ojos... en fin, es mi tortura personal—murmura con dramatismo, haciendo reír al muchacho.
Continuaron caminando tomados de la mano, ninguno decía nada, ni intentaba cambiar la situación. Ambos disfrutan de la calidez del otro. A simple vista parecían una pareja más de enamorados. Llegaron hasta la orilla de la playa y se quitaron los zapatos, para disfrutar del agua.
