34. Pajarillo herido.

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Lovely-Billie Eilish ft Khalid

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Lovely-Billie Eilish ft Khalid

Cuando Estefanía despertó, se sentía desorientada, con el cuerpo entumido. No estaba segura de donde estaba, o que había sucedido. Sentía la boca seca, como si no hubiera bebido agua en días. Intento incorporarse pero su brazo se detuvo a medio camino, debido a la intravenosa conectada, donde le suministraban el suero para mantenerla hidratada.

La chica frunció el ceño, mirando su alrededor con miedo. Dándose cuenta donde estaba. ¿Qué hago aquí? Se preguntó. No estaba adolorida, ni parecía tener alguna herida visible... intentaba hacer memoria, pero lo último que recordaba era haber estado en su habitación.

Un miedo inexplicable comenzó a invadirla.

Estaba a punto de ponerse a llorar de desesperación, cuando una enfermera entró a la habitación.

—Oh, ¿estás despierta esta vez? —Preguntó con ternura. Había dado varias falsas alarmas a lo largo de la noche, pero de acuerdo a sus pronósticos ya debería estar consciente para entonces. Había pasado casi 24 horas desde que ingresó, los afectos de lo consumido deberían estar por pasar.

—Sí... ¿Qué hago aquí? —La voz se le cortó al final, y una traicionera lágrima resbaló por su mejilla.

—Te trajeron ayer por la mañana inconsciente. Tuviste una sobredosis por consumo de heroína y alcohol...—explicó con seriedad la mujer, checando los signos vitales pero mirando de reojo la reacción de la chica.

Tan joven y pasando por eso... una lástima, pensó.

—¿Sobredosis? —Jadeó horrorizada.

—No quiero asustarte, pero estuviste muy cerca de no contarla, muchacha. Tuviste mucha suerte que tu amigo te encontrara a tiempo—. No quería ser cruel, pero tampoco iba a ocultarle lo sucedido, no cuando pudo haber tenido un fatídico fin. Se quedó un momento en silencio, dejándola darse cuenta de lo grave de la situación—. Tu familia está en la sala de espera, cuando estés lista para verlos, se los haremos saber.

¿Su familia? Dios, no quería ni imaginar lo preocupados que sus padres debieron estar. Nunca planeó eso.

Sí, tenía el corazón rotó.

Sí, se sentía más sola que nunca.

Pero nunca acabaría con su vida. No era tan cobarde como para tomar esa salida. Al menos no conscientemente, porque parecía que su mente le había jugado una mala pasada.

—No sé si estoy lista para verlos. Me siento tan...—suspiró, mordiéndose el labio, intentando contener los sollozos que amenazaban con salir—patética—murmuró finalmente.

—La vida te dio una nueva oportunidad, Estefanía. Está en ti si la aprovechas, o dejas de la oscuridad te consuma—entendía perfectamente por lo que pasaba. En sus veinte años de experiencia, había visto a muchos jóvenes pasar por eso. Unos no contaban con suerte y terminaban perdidos, otros tomaban esa segunda oportunidad para enmendar su camino—. Te daré un consejo, muchacha. Eres joven, preciosa y por lo que escuché, brillante. Tienes todo un camino por delante, un futuro que cualquiera desearía. No permitas que nada, ni nadie empañe tu alma. Esto que te sucedió fue un aviso, una llamada de atención para volver al camino correcto. Pero solo tú sabes cuál es ese. Lo que es correcto para ti, no tiene por qué serlo para alguien más. Vive, ama, deja que te rompan el corazón, duele; sí, pero es parte de la vida. Aprenderás a levantarte, a no bajar la cabeza y luchar por lo que quieres y te hará feliz. Cada suceso de nuestra existencia tiene un porque y algún día lo verás como una cicatriz más, que te hizo ser quien eres. Verás el pasado y sonreías, porque llegaste lejos, porque venciste tus demonios. Nadie más que tú, tiene el poder de construirte o destruirte, nunca olvides eso.

Volver a ti©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora