Capítulo 28: Promesa del dedo meñique.

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Punto de vista de Annabeth.
Una semana.
Una semana había pasado desde aquel fantástico finde con Niall. 
Me había encantado estar con él. De hecho, me ha recogido todos los días del instituto. Hoy me había llevado a comer Nando's, según él. El mejor restaurante del mundo. Para mi, era pasable.
Me cambie y me coloque el pijama. Me acosté con mi libro favorito, Entre tonos dw gris, y me sumergí en el mundo de la Unión Soviética. 
Estaba tan sometida en mi historia comiendo mi manzana qye no me di cuenta que mi mejor amiga, me estaba mandando mensajes.
"Beth, estas despierta???"
"Despierta loca"
"Tengo que contarte una cosa eifeiiooe"
Fruncí el ceño. Qué?
"Abre la puta ventana"
Mis ojos se abrieron de golpe. 
Me levante de mi cama y abrí la ventana. Mi amiga asomo su cabeza. Yo ahogue un grito.
- Gracias por abrirme la ventana.- Entró en mi habitación sacudiendo sus vaqueros.
- Sabes que hay una puerta?
- No quería que tu padre me viera.
- Por?
- Estas castigada.
- Sin salir. Pero tu puedes venir aquí.- Dije obvia.
- Me estas diciendo, que subí por la maldita escalera que se balanceaba para nada?
- Mm... Si.
- Arg! Soy tonta!
- Lo se.- Dije sentándome en mi cama.- Para que viniste?
Ella se sentó al estilo indio. Al igual que yo.
- Tengo que contarte una cosa 
- Bien, habla.
- Prometeme que no me dirás que pare.
- Te lo prometo.- Dije riendo.
- Promesa del dedo meñique.
- Vaya.- Dije sería.- Esto... Es muy serio.
- Y tanto.
Entrelazamos nuestros dedos pequeños.

Punto de vista de Alba.

- Bueno, tengo que contártelo ya…- inspiré y exhalé.- Todo comenzó cuando Harold me llevó a Barcelona…

Flashback

En unas siete horas que llevábamos de trayecto, cuando abrí los ojos pude ver ‘’Barcelona 92’’, no podía creer que volviese al lugar dónde me crie, mi vida ha sido un poco confusa. Nací en Irlanda, en Derry concretamente, pero mis padres se trasladaron a Cataluña por motivos de trabajo cuando yo tenía apenas tres años, estuve aquí hasta los 14 y otra vez nos volvimos a trasladar, esta vez a Madrid, donde conocí a Beth, a Diana, a On Beat y todos mis actuales amigos.

Miré a Harry, que tenía el ceño fruncido, concentrado en la carretera. No habíamos hablado mucho en todo el camino, porque yo me lo he pasado durmiendo o fingir dormir. La verdad es que no se estaba tan mal, Harry desprende confianza, aunque sea igual o más terco que yo.

En el coche sonaba Overjoyed, una de mis canciones favoritas, me encanta. Veía como Harry le daba golpecitos al volante, llevando el ritmo de la canción. Solté una risita.

- Buenos días, preciosa.- dijo con una sonrisa.- ¿Llevas bien el viaje?

- Hola Harold.- sonreí-. Sí, conduces bastante bien.

- ¿Acaso lo dudabas?, yo sé conducir desde los catorce.

Abrí los ojos más aún.

- Pues yo a los catorce veía series adolescentes donde los dos estaban enamorados y todo era perfecto .- dije orgullosa.

- No intentes convencerme de que eras buena, Alba.-  apuesto lo que sea a que quería reirse.-  Yo sé que eras como yo.

- Vas mal encaminado, Harold. Antes era normal, pero ahora no sé… Creo que necesito un novio, Beth me lo suele decir, pero es que se me hace difícil.- miro a Harry.

- ¿Difícil? Me estás jodiendo, Alba.- dijo divertido.- Ojalá hubiese visto yo esas piernas y esa cara antes, te juro que no hubiese sido tonto.- me guiñó rápido el ojo y volvió a la carretera.

- Sí, Harry. Yo no quiero estar otra vez con un chico que me haga daño, sé que estoy pidiendo demasiado en los tiempos que pasan, pero solo pido un poco de amor. No creo que sea tan difícil.

ADN. (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora