QUINCE

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Camila llegó a su casa y se recosto, repaso en su mente una y otra vez el momento tan bochornoso que vivió con Lauren por la mañana.
Entonces sintió sus mejillas húmedas, las lágrimas rodaban por ellas.

Hundida en la depresión sus párpados empezaron a casarse irritados, se estaba quedando dormida pero su celular empezó a timbrar.

Lauren: Hola Camila
Camila: Hola
Lauren: ¿Podemos hablar?
Camila: si, igual yo quería hablar contigo.
Lauren: Solo quería preguntarte el horario de los entrenamientos.
Camila: Mañana tenemos una reunir para hablar de todo eso.
Lauren: Ok gracias
Camila: Puedo decirte algo.
Lauren: Mañana, voy de salida.

Lo único que podía hacer era esperar al día siguiente para intentar arreglar las cosas con su chica.

Al día siguiente.........

– ¿Que te pasa? Crees que estamos jugando niña, no puedes llegar a esta hora es una vergüenza que siendo cocapitana hagas esto. Y tú Dinah no puedas nisiquiera el horario.

–Pero... – Dinah no daba crédito a lo que escuchaba.

– Nada, ambas se perderán el partido de el 15.

– ¿Qué? Es injusto, ni que fuera la gran cosas – Como siempre Keana haciendo berrinche

– Infringieron las reglas.

– Camila ¿Puedo hablar un momento contigo? – la más alta le dirigió una mirada asesina a Keana para que las dejará a solas.

– Dinah lo siento no puedo cambiar de opinión, sino todas harán lo que quieran.

– ¿De verdad es porque llegamos tarde? Me parece que estás de malas.

– Ya te dije, son las reglas.

– Pues si de reglas hablamos, mira nada más quien viene ahí – La ojiverde se acercaba al gimnasio lentamente con unas enormes gafas de sol que cubrían su cara.

– ¡Buenas noches Nerd! – Dinah quiso hacerla quedar mal frente a Camila.

– Hola, puedes no gritarme, me estalla la cabeza.

– Se nota, después de lo de ayer – Cuando Dinah dijo esto Camila la miró dudosa, porque le diría eso.

– Déjala en paz Dinah, entra Lauren las chicas ya están dentro.

– ¿Qué? No vas a decirle nada, mira la hora que es, llego más tarde que Keana y yo.

– Dinah, olvidalo.

– Ella también debería tener una sanción ¿no crees?

– Ella es novata, no puedo cancelarle un juego porque nisiquiera va a estar.

– Pero algún otro correctivo. ¿Dónde quedó la Camila que pone en su lugar a todas las chicas? ¿La que las hace llorar cuando les dice sus verdades? La que hace cinco minutos me grito.

– Bueno.....

– Es por ella, esa mujer te tiene pendeja Camila.

– ¡Dinah¡ – era la primera vez que su amiga la insultaba y no era de juego.

– Abre los ojos Camila, a ella la dejas que haga lo que quiera, en cambio a mi tu mejor amiga me sacas de un juego importante, y estoy segura que lo haces por qué estás frustrada por qué ella nisiquiera te voltea a ver, aceptalo, no le importas.

– Camila, te estamos esperando. – Ally llegó a calmar el tema.

– Ya vamos – Dinah paso al lado de Camila rápido y muy enojada.

– ¿Qué le pasa?

– Después te cuento, vamos - tomó del brazo a si amiga y entraron al gimnasio.

– Shary, Lana y Lauren acompañe, las demás ensayen la rutina, ahora regreso.

– Ya escucharon, a moverse – Dinah empezó a organizar a las chicas, mientras Camila instruia a las nuevas.

– La rutina que están viendo es la antigua, mañana mismo empezamos las nueva, necesito que tengan toda la disposición, los ensayos son muy exigentes.

– Claro – todas escuchaban atentas a la capitana.

– Chicas yo soy la capitana, pero pueden apoyarse con La cocapitana Keana o Dinah. Por hoy solo hagan estiramientos.

– Bien – Se dirigían a integrarse con las demás.

– ¿Lauren puedes quedarte un momento?

– Si

– ¿Qué fue lo que pasó ayer?

– ¿Sobre?

– Lo que te dijo Dinah hace rato.

– A ya, la fiesta en casa de unos amigos de Shawn, tome muchísimo.

– No sabía que te gustará el alcohol.

– No para nada, ayer fue algo especial.

– Ah como estabas con tu novio.

– Más bien fue otro motivo.

– ¿Cuál?

– Pues que, me dijiste Nerd otra vez, pensé que éramos amigas.

– De eso te quería hablar.

– Dime.

– Perdóname, es que no supe como re accionar, Shawn no lo hubiera entendido, le parecería raro.

– Eso si, no solo Shawn, sino todos, más tus amigas que me asesinan con la mirada.

– Es que no te conocen.

– Ni yo quiero que lo hagan, son unas huecas – se dió cuenta que no debió decir eso – quiero decir yo tampoco las conosco.

– Se la opinión que tienes de nosotras no te preocupes, pero.....

– ¿Qué?

– Ahora estás del lado de las barbies.

– Prácticamente vendí mi alma.

– ¿Soy el diablo?

– No, eres un ángel. Camila lo que pasó el otro día.

– Fue hermoso – no tenía intenciones de decir algo mal esta vez.

– Para mí también. – y otra vez volvió a llevar a Camila a las nubes entre sus labios.

–¿Puedo verte más tarde?

– Si, te llevo a tu casa.

– Ok – guiño un ojo para la ojiverde y salió de los vestidores con una enorme sonrisa.
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Quiéreme (Un Hechizo de amor) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora