Capítulo 48

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Luego de estar un tiempo en el pasillo frente al gran comedor, Cedric y yo decidimos regresar al baile. Cuando entrábamos al salón nos encontramos a los gemelos Weasley.

- ¡Tórtolos! - exclamó Fred pasando su brazo sobre los hombros de Cedric. Él se limitó a sonreír falsamente.

- ¿Cómo se la están pasando en esta hermosa velada? - preguntó George apoyándose en mi hombro.

- Fred, George, es un gusto - dijo Cedric tomándome por la cintura, acercándome a él y alejándome de George.

- Sabemos que salieron a besuquearse - dijo Fred con tono burlón.

- No traten de desmentirlo - agregó George.

- ¿De qué están hablando? ¿Nos vieron? - Cedric y yo estábamos nerviosos, ya que creíamos que nos habían visto.

- ¿Disculpa? - George se veía desconcertado.

- ¿En serio se estaban besando? - Fred estaba increíblemente confundido.

- No, lo que Cedric quiso decir fue que... - dije yo tratando de aclarar la situación y que no se enteraran de nada.

- ¡Se estaban besando! - me interrumpió Fred sonriendo mientras George se veía muy triste.

- No, es solo que... - Cedric trató de hablar.

- Ya está dicho, se estaban besando - sentenció Fred molestándonos.

- Nos vemos luego - masculló George pasando a mi lado y chocando su hombro con el mío. Salió del salón y se notaba que estaba molesto.

- ¿Y él quién se cree? - pregunté molesta por su actitud.

- Discúlpalo, solo está... - dijo Fred cabizbajo.

- ¿Solo está qué? - repliqué molesta.

- Solo está un tanto... Asombrado, ya sabes.

- ¿Asombrado? ¿Por qué le afectó tanto? - dijo Cedric secamente. No había soltado mi cintura desde que nos habíamos topado con los gemelos y no dejaba de presionarme contra él. - ¿A caso está celoso? - Cedric sonaba muy molesto. Fred no lo volteó a ver y se retiró rápidamente de allí.

- Qué raros - dije soltándome de los brazos de Cedric.

- ¿Estás bien? ¿Te hizo daño? - preguntó con preocupación.

- He allí el Cedric controlador que conozco - sonreí levemente.

- Estoy cansado de tener que alejar a quien se acerque a ti - suspiró y tomó mi mano.

- El amor exige sacrificio. Además, no tienes por qué alejar a nadie. No se acercarán lo suficiente a mí - aseguré seriamente.

- Es que eres tan condenadamente linda que todos quieren tenerte como novia - replicó mientras volvía a suspirar.

- Deja de suspirar así - pedí para molestarlo, él solo rió y asintió.

- ¿Bailas? - preguntó tendiéndome la mano. La tomé y nos dirigimos a la pista de baile.

Bailamos un par de canciones hasta que vi a Nico sentado solo en una mesa notablemente molesto. Me separé de Cedric y él me vio muy confundido. Tomé su mano y me dirigí a la mesa de Nico con Cedric detrás de mí.

- ¿Y a ti qué te pasa? - pregunté sentándome a su lado. Cedric se quedó de pie detrás mío tomando mis hombros con suavidad.

Mi Razón de CambiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora