Capítulo 59

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Ese día era la última prueba. Habíamos tenido los últimos entrenamientos hacía pocos días y yo había practicado con Cedric hasta el día anterior. Estaba en la biblioteca tratando de hablar con Cedric. Tratando porque él estaba tan nervioso que casi no podía hablar. Les habían dicho en qué consistía la última prueba exactamente un mes atrás y desde entonces él había estado debatiéndose los hechizos que usaría en caso de cualquier emergencia.

- Ced, tranquilízate - pedí mientras veía como caminaba de un lado a otro.

- ¡Hoy es la última prueba, preciosa! ¿Cómo quieres que me tranquilice? - dijo con desesperación.

- Cálmate. Con ponerte nervioso no ganas nada más que estresarme - comenté seriamente.

- Lo siento Isadora. Es solo que no quiero que nos suceda algo.

- Paranoico, como siempre - reclamé molestándolo.

- Calla y ven acá - me acercó a él y me dio un corto beso en los labios.

- Te irá bien, no entiendo por que te estresas tanto.

- Eso espero - sonrió levemente de lado.

- Creo que es tiempo de ir con los demás participantes - anuncié aún muy cerca de Cedric.

- Sinceramente me gustaría quedarme aquí - se acerqué de nuevo a mí y dejé que me besara. Sentí el horrible olor a sangre y me alejé de él con rapidez. - Preciosa, ¿qué sucede? - tomó mi rostro entre sus manos y me vio con preocupación.

- La volví a oler - dije en voz muy baja. Desde hacía un par de semanas estaba oliendo la sangre cada vez más fuerte y con más frecuencia. Nico también la había olido pero con la mitad de la frecuencia que yo.

- ¿De nuevo? - preguntó Cedric sin soltar mi rostro mientras nos veíamos fijamente.

- Seguramente es porque estoy estresada. Claramente es por tu culpa - lo molesté para aligerar el ambiente. Cedric solía ponerse muy nervioso con respecto al tema de la sangre.

- Nunca cambias, Isadora - sonrió. - Vamos al comedor, la prueba no tardará en empezar.

Caminamos juntos desde la biblioteca hasta una habitación al lado del gran comedor. Allí estaban los demás participantes y habían un par de personas desconocidas para mí. Allí también estaban los chicos del campamento con el típico uniforme naranja que siempre llevábamos.

- Preciosa - Cedric llamó así que lo vi.

- ¿Qué?

- ¿Ves a aquel señor que está parado allá? - señaló a un señor un tanto alto y canoso.

- Sí, ¿qué con él? - pregunté sin mucho interés.

- Es mi padre y... bueno, me gustaría presentártelo - dijo un tanto nervioso pasando su mano por su cabello.

- Está bien - dije caminando hacia su padre con Cedric a mi lado.

- ¿No estás nerviosa? - cuestionó mientras llegábamos hasta su padre.

- ¿Por qué debería estarlo? Si no le agrado que mal por él. Aparte eso no impediría que yo fuera tu novia- sonrió levemente y tomó mi mano.

- Hola papá - exclamó Cedric cuando estuvimos frente a él. Cedric estaba demasiado nervioso.

- ¡Hijo! - exclamó su padre de vuelta y lo abrazó haciendo que yo soltara la mano de Cedric.

- Sí - Cedric le dio un par de palmaditas en la espalda para que lo soltara. - Papá, escucha. Ella... ella es Isadora, ya sabes, mi novia.

Mi Razón de CambiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora