Capítulo 35

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Había estado nevando sin parar y solo habíamos tenido un par de entrenamientos ocasionales cuando Albus creía que no estaba tan frío. El lago que estaba cerca del colegio se había congelado y varios estudiantes iban allí a patinar. Faltaba una semana para mi cumpleaños y unos tantos días más para navidad pero yo no sentía que hubiera pasado el tiempo. El único tipo de abrigo que había llevado eran mis chaquetas de cuero, pero ya no me cubrían del frío.

Mi ojo estaba mejorando poco a poco. La mitad del colegio se enteró antes de que hubiera pasado media semana así que dejé de usar los lentes. Lavender se encargó de que todos los que no se habían enterado aún se enteraran y así es como obtuve miles de acosadores.

Cedric y yo habíamos estado hablando de vez en cuando y Nico seguía molestándose por eso. Su situación con Draco no había mejorado, según lo que veía por su estado de ánimo. No quería presionarlo para que me contara y por ello nos habíamos distanciado un poco de nuevo.

Ese sábado no tenía nada que hacer así que salí a caminar por los pasillos que estaban muchísimo más fríos que antes. Caminaba frente al Gran Comedor cuando me topé con Cedric.

- ¡Isadora! Justo estaba buscándote - exclamó caminando hacia mí.

- Ah - contesté sin mucho interés.

- ¿No te estás congelando solo con esa chaqueta? - preguntó quitándose su bufanda de color negro y amarillo y pasándomela.

- Realmente no - mentí aunque tomé la bufanda y me la puse. - ¿Por qué me estabas buscando?

- Ya sabes... - dijo un tanto nervioso - quería invitarte... Bueno, quería invitarte a patinar conmigo - finalizó pasando su mano por su cabello.

- ¿Y de dónde saco los patines, Cedric? - dije con tono obvio.

- ¿No tienes patines? - preguntó incrédulo - Bueno, eso no lo había pensado. ¿No podrías preguntarle a una de tus amigas o algo?

- ¿Crees que tengo amigas? - contesté sarcásticamente. - Podría ver si alguien me los presta.

- ¡Genial! - casi gritó felizmente - ¿Nos juntamos en el lago por la tarde? Luego del almuerzo, ¿está bien?

- Si encuentro patines, claro - dije asintiendo.

- Aunque no tengas patines, veámonos en el lago. Me encanta hablar contigo. Además, deberías de devolverme mi bufanda más tarde - replicó sonriendo de lado. Nos despedimos levemente y fui de regreso a la sala común para buscar un par de patines.

- ¡Hermione! - dije cuando la vi entrar a la sala. - ¿Tienes patines?

- ¿Estabas con Cedric? - preguntó jalando mi bufanda, mas bien la bufanda de Cedric, levemente.

- ¿Tienes patines? - repetí. No tenía que estarle explicando nada.

- Sí ¿Los necesitas? No se si te van a quedar... - dijo subiendo las gradas hacia las habitaciones. Sacó un par de patines de debajo de su cama. Se miraban muy nuevos.

- ¿No los has usado? - ella negó y me los pasó.

- Pruébatelos - sugirió - Si te quedan puedes usarlos y devolvérmelos en la noche - me los puse, con un poco de ayuda de Hermione, y de suerte me quedaron. Ella se fue y me quedé con los patines puestos por un rato para tratar de acostumbrarme.

Almorcé y al rededor de las cinco fui al lago. No me había quitado la bufanda de Cedric pero era por el simple hecho de no tener una. Me había puesto un suéter que había encontrado casualmente por debajo de la chaqueta y aún así tenía frío. Llevaba los patines en una mano y saludé levemente a Cedric con la otra.

- Veniste - dijo feliz. Él también estaba cargando sus patines.

- Ten - me quité la bufanda con un poco de dificultad por estar cargando los patines y se la extendí - Es tuya.

- Quédatela, yo no la necesito - contestó sonriendo. Me la volví a poner y lo vi.

- ¿Cuál es tu plan? - pregunté dejando los patines en la nieve. Cedric hizo lo mismo.

- ¿Quieres patinar? - preguntó viendo el lago detrás de él.

- ¿No se supone que me invitaste para eso?

- Claro - tenía las mejillas rojas pero supuse que era por el frío. - Vamos - agregó tomando nuestros patines y guiándome a una banca en la orilla del lago. Soltó los patines y empezó a ponérselos. Yo lo imité pero me quedé estancada cuando traté de amarrarme las cintas.

- ¿Qué hice yo aquí? - susurré cuando vi el gran nudo que había creado. Para ese entonces, Cedric ya se había puesto ambos patines.

- ¿Necesitas ayuda? - preguntó riendo levemente y parándose frente a mí.

- No, creo que lograré hacerlo - dije tratando de desenredar las cintas. Fruncí el ceño levemente y seguí intentando. 

- Deja - pidió agachándose frente a mí y retirando mis manos del nudo - ¿No probaste amarrarlos antes?

- Obviamente no - contesté mientras él terminaba de amarrármelos. Me puse de pie y caminé hasta donde terminaba la nieve y empezaba el hielo.

- ¿Sabes patinar? - preguntó un tanto preocupado.

- Eso creo - rió por mi respuesta - ¿Y tú?

- Eso creo - repitió - Me preocupa que te puedas lastimar.

- Eres muy histérico.

Entré al área de hielo y me quedé estática. La primera vez que había patinado había sido con Bianca, pero no me recordaba de nada. Ese día había terminado llena de moretones. Avancé un poco y vi que Cedric seguía parado en la orilla.

- ¿Y?

- No quiero que te caigas - dijo con preocupación.

- Deja de ser controlador y entra al hielo de una buena vez, ¿quieres? - contesté empezando a molestarme. Entró al lago y avanzó hasta donde yo estaba. Había unas cuantas personas pero a causa del frío no estaba tan lleno como en la mañana.

Ninguno de los dos sabíamos patinar perfectamente pero al menos hacíamos el intento. En un momento perdí el equilibrio y caí sentada en el hielo. Vi como Cedric reía levemente mientras trataba de detenerse.

- Isadora, ¿estás bien? - preguntó mientras me ayudaba a ponerme de pie.

- ¿Te estás burlando de mí? - pregunté sarcásticamente.

- No, como crees - contestó del mismo modo. - ¿Segura que estás bien?

- Sí. Te preocupas demasiado por mí - contesté patinando de nuevo con Cedric a mi lado.

Luego de un par de caídas por parte de los dos decidimos irnos. Estaba anocheciendo y el lago estaba casi vacío. Dimos un par de vueltas más y cuando estábamos a punto de irnos sentí que debía de acercarme a la otra orilla. Era como si algo estuviera jalándome hacia adelante.

- ¿Cedric? ¿Sientes eso? - pregunté avanzando un poco hacia el otro lado.

- ¿Sentir qué? - preguntó cuando estuvo a mi lado.

- Eso - avancé más hacia el otro lado mientras Cedric se quedaba parado en el mismo lugar. Seguía sintiéndolo así que seguí avanzando. Me detuve cuando escuché un ruido extraño y sentí el hielo romperse bajo mis pies.

- ¡Isadora! - logré escuchar antes de caer en el agua congelada.




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Hola!

Ayer no hubo capítulo porque tenemos muchas sorpresas que hemos estado preparando!

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⚯͛ Ψ ❤

Mi Razón de CambiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora