Capítulo 31

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Me desperté pensando en el interrogatorio de Moody, a pesar de que habían pasado cuatro días. Seguía sin comprender el por qué de sus preguntas. El simple hecho de pensar en mi padre me ponía nerviosa y que mencionara a Bianca me había sorprendido. ¿Cómo sabía él eso? Nunca en mi vida lo había visto y me confundía muchísimo que supiera sobre Bianca y mi padre.

Salí de las habitaciones y fui al campo de entrenamientos. Nico había estado insistiéndome en cambiar de grupo para que pudiera estar más tiempo con Draco pero yo me había negado. Tenían que dejar de ser tan obvios si no querían que los descubrieran.

- Isadora... No seas así. ¡Por favor! - suplicaba Nico dando saltitos a la par mía. Íbamos de camino al Gran Comedor luego de los entrenamientos.

- Que no, ¡joder! - me estaba irritando bastante.

- ¡No seas así! Quiero estar con él... - agregó susurrando y sonrojándose un poco.

- ¡Pero qué tiernos! No me interesa de todas formas - contesté fríamente. Acabábamos de llegar a la mesa y Nico se sentó a mi lado.

- Y entonces, Isadora... ¿Me prestas 30 dracmas? - cambió de tema para pedirme otra cosa.

- ¿20 dracmas? ¿Para qué necesitas 10 dracmas?

- Solo préstamelos - contestó él sonrojándose sin razón.

- No te daré nada. Además, ¿de dónde quieres que saque 5 dracmas? - me estaba viendo entre divertido y confuso.

- Son 30, Isadora - contestó molesto.

- ¿Tres dices? - pregunté molestándolo de nuevo.

- ¡Para de molestarme!

- ¿Qué clase de hermana mayor sería si no te molestara todo el tiempo? - contesté sonriendo un poco. Nico se limitó a reírse y a empujarme levemente.

- ¿Me los prestarás entonces?

- Ya, en serio. Deja de molestarme porque me estás poniendo de mal humor - contesté seria.

- Isadora, no voltees, pero Percy nos ha estado viendo durante todo el desayuno - dijo Nico susurrando. Obviamente no le hice caso y volteé a ver a Percy que claramente nos estaba viendo. Se volteó e hizo como si nada hubiera pasado, aunque claramente se sonrojó.

- Sabes que te vi viéndonos, ¿cierto?

- ¿Ah? ¿Qué? - preguntó haciéndose el loco.

- No soy tonta, Jackson. Tú sí, pero yo no.

- Eh...yo....eh... yo no los estaba viendo... eh... estaba viendo a la... a la... ¡A la nada! - dijo entre murmurando y gritando.

- Si Jackson, nada es lo que tienes en vez de cerebro.

- ¡Hey! - contestó ofendido y yo solamente lo ignoré. Ya había terminado de comer junto a Nico. Me fui del Gran Comedor tranquilamente con él a mi lado.

- ¿Por qué me sigues?

- Préstame 30 dracmas, ¡por favor! - dijo suplicante - En serio los necesito.

- No me has dicho para qué.

- ¡Por los dioses, Isadora! Que insistente eres.

- Pues claro - contesté sarcásticamente - No te daré nada hasta que me digas para qué quieres el dinero.

- Es para una salida a Hogsmeade, nada más - contestó molesto por mi insistencia.

- ¿Para una salida? Es demasiado para ti solo en Hogsmeade - dije desafiante.

Mi Razón de CambiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora