Mi Razón de Cambiar

Capítulo 58

- Princesa, para - Percy estaba riendo fuertemente.

- Tendrás que hacer que me detenga - repliqué riendo tan fuerte como él.

- Isadora - rió. Yo no había pasado de hacerle cosquillas y parecía que nunca lo haría.

- No pararé - le advertí. Estaba acostado en la grama y yo estaba sentada a su lado sin dejar de hacerle cosquillas.

- Princesa - dijo tosiendo levemente. - Me asfixiarás.

- Exagerado aguafiestas - le reclamé riendo. Me impresionó lo feliz que me veía.

- Ven aquí - me besó y ver esa escena en mi mente me dejó totalmente asombrada.

Estaba en un campo besando a Percy como si nada pasara. ¡Estaba besándolo! ¿Qué diablos pasaba conmigo? Obviamente era un sueño. No, era una pesadilla. Aún así, estaba demasiado asombrada.

- Isadora, por lo dioses, me enloqueces - sonrió levemente y volvió a darme un beso corto.

- Debería irme - dije sonriendo levemente. - Danielle te aniquilará, y a mí también, si no llego pronto a su cabaña - rió levemente.

- Danielle te controla.

- Danielle no me controla. Solo sé que no tengo ganas de soportar sus gritos por mucho tiempo - reí junto a Percy.

- Danielle es asombrosa - comentó sonriente.

- Créeme que no quieres hacerme enfadar - le advertí viéndolo fijamente sonriendo muy levemente.

- ¿Celosa? - preguntó sin dejar de verme.

- Obviamente - me puse de pie y reí. - Hasta luego, Percy.

- ¡Hey, espera! ¿Cuándo te veré de nuevo? - se puso de pie junto a mí y tomó mi mano.

- Mañana. ¿Misma hora, mismo lugar?

- Perfecto - volvió a besarme mientras tomaba mi cintura entre sus brazos. - Te veo mañana, princesa.

Me desperté y me quedé recostada en mi cama pensando en el sueño. Percy me había puesto un apodo también y sentía extremadamente raro haber visto a Percy besarme en ese sueño. ¡Encima lo había hecho tres veces! Traté de despejar mi mente mientras me alistaba y bajaba al gran comedor para tomar el desayuno.

Era sábado y cuando estuve en la entrada del gran comedor me encontré con Cedric. Sonrió al verme y me abrazó. Yo seguía pensando en el sueño que acababa de tener y me sentía un tanto extraña estando con Cedric. Tomó mi rostro entre sus manos y me besó con suavidad. Sin embargo, no pude corresponderle el beso en su totalidad.

- ¿Qué sucede? ¿No es eso un "buenos días"? -preguntó tomándome de la mano y entrelazando nuestros dedos.

- Buenos días, Cedric - dije viéndolo fijamente.

- Fueron buenos desde que te vi, preciosa - replicó sonriente mientras jalaba mi brazo con delicadeza atrayéndome hacia él. Me abrazó y sentí su respiración en mi cabello.