Mi Razón de Cambiar

Capítulo 30

Entraron muchas lechuzas con cosas en sus picos. Dejaban caer los paquetes mientras volaban de vuelta hacia la puerta de comedor. Sorprendentemente cayó una carta envuelta con un lazo. Tenía mi nombre así que la abrí rápidamente. Era de Albus y me citaba en su oficina luego del desayuno. Presentía que no sería algo bueno. La carta en sí era muy simple:

Isadora, te espero en mi despacho.

Albus

P. D.: Cucuruchos de Cucarachas

Era una de las cartas más extrañas que había recibido en mi vida. Al terminar el desayuno fui a la torre en donde creía que estaba su oficina. El problema era que no tenía idea de cómo entrar. Revisé la carta por si había alguna indicación pero no encontré nada.

- ¿Cucuruchos de Cucarachas? ¿Qué se supone que significa eso? - dije en voz alta y una pared empezó a moverse. Había un águila que parecía ser un elevador. Subí y me dirigí a la oficina de Albus. La puerta estaba abierta y él me estaba esperando.

- Hola Isadora. ¿Quieres un sorbete de limón? - preguntó felizmente.

- ¿Querías verme? - pregunté. No aceptaría sus sorbetes. Reí levemente por la idea.

- Sí, toma asiento por favor - contestó y señaló un sillón dentro de su oficina. Cuando ambos estábamos sentados uno frente al otro me vio fijamente - ¿Cómo te va?

- Pues me siento muy bien hoy - contesté sonriendo un poco. No entendía lo que pasaba conmigo.

- ¿Y por qué será? - preguntó Albus sonriendo de vuelta. Realmente no sabía él por qué.

- No lo sé.

- He notado que has faltado muchas veces a clases desde que vinieron. Solo has ido a una y ni siquiera fuiste con tu grado - dijo cambiando radicalmente de tema - Tienes que ir con sexto. Hoy tienen clase con el profesor Moody.

- ¿En serio es necesario? - pregunté. Me daba pereza ir a clases.

- Sí. Tienes que ir - contestó él seriamente. Asentí levemente y me fui de su oficina.

No tenía idea de a dónde ir ni qué clase era la que tocaba porque "Moody" no me sonaba en lo absoluto. Pensé en preguntarle a alguien pero la mayoría de estudiantes me tenían miedo así que decidí no considerarlo como una opción. Recordé que Albus había dicho que tendría que estar con sexto así que caminé por media escuela para encontrar el aula en donde estaban. Cuando finalmente llegué, ya llevaban aproximadamente 10 minutos de clase. Toqué la puerta esperando a que el tal Moody volteara a verme. Tenía un ojo de cristal que daba un poco de miedo.

- ¿Cómo interrumpen mi clase? - preguntó molesto sin voltear a ver a la puerta. Cuando finalmente posó su atención en mí, se sorprendió - ¿Es usted la señorita diAngelo?

Asentí levemente y se acercó a mí. No podía parar de ver su ojo de cristal que no hacía más que dar vueltas y vueltas escaneándome de pies a cabeza. No entendía cómo sabía él que yo era de la familia diAngelo si nunca lo había visto en mi vida.

- Bienvenida a la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras - vaya nombre - Tome asiento por favor - agregó señalando a la clase. Había un par de asientos vacíos al frente y no tuve más alternativa que sentarme allí. La clase estaba siendo un tanto aburrida, o al menos más de lo que yo había pensado.