Al día siguiente, el peliverde se despertaba y se dirigía hacia el gimnasio con la ropa que había en el clóset unos joggers y camiseta, cuando acabó su entrenamiento escuchó un poco de alboroto se acercó hacia la habitación del rubio y se escuchaba al rubio -¡quítate!- el peliverde pensó lo peor y entró con su katana listo a atacar, pero viendo la escena de cómo un joven de lentes oscuros y cabello azul abrazaba al rubio pero él lo intentaba alejar con su brazo.
El peliazul lo veía con ganas de matar al peliverde por su intromisión -¿quien es?.
-Como no vas a saber, es el guardaespaldas que mi padre me obligó a aceptar- replicaba el rubio -¡quítate!-
-¡Ha! Si ya recuerdo- pero sin dejar de abrazar al rubio.
Después del incómodo momento y que Zoro guardara su espada en la saya y de alguna forma se disculpara y el peliazul no soltara al rubio, entro Rebecca -Sanji-san, Trafalgar-san habló y dice que vendra despues de la comida que lo esperes-.
Sanji suspiraba cansado -gracias Rebecca- el rubio se iba a parar pero el peliazul se lo impidió -no vas a ir a ninguna parte-.
-¡¿Como?!, ¡si ya casi es hora del desayuno!- respondía el rubio.
-Descuida Cosette se está haciendo cargo- el peliazul y Rebecca lo trataban de convencer.
-Niji hablo en serio- el rubio comenzaba a enojarse.
-Yo también Sanji...-
-Quédate con él y no dejes que salga hasta que venga yo- le ordenaba al peliverde el peliazul.
-Pero...- y sin tiempo a que le dijera algo el peliazul se fue con Rebecca, quedando el rubio y el peliverde en silencio.
Sanji quería hacer amago de pararse pero el peliverde lo vio y se paró -Yo puedo-, decía el rubio, pero la otra muleta estaba lejos porque Niji la había pateado al entrar, Zoro harto de negativas y viendo que no podía pararse bien, se acercó y deslizó su brazo a un costado del rubio, Sanji solo puso su brazo sobre el cuello del peliverde -Gracias- decía el rubio mirando hacia otro lado.
-¿A donde?, sabes que no puedes ir- preguntaba Zoro, sintiendo lo delgado que era el rubio.
-Quiero sentarme afuera- respondía el rubio y apuntaba con su mano a las puertas shoji de vidrio que daban al jardín, obteniendo un -de acuerdo- de parte del peliverde.
Con calma fueron hacia la puerta, el peliverde abrió la primera shoji y luego la de vidrio y al ver el intento de sentarse el rubio, el peliverde lo tomo cual princesa y lo colocó en la orilla del pasillo, el rubio se le quedó viendo y se recargo en el canto de la puerta -no es para tanto- decía el rubio pues las heridas en la pierna se le hacían poco ¿que era tener 2 puntos en cada herida?,Y la de la cabeza, no, no era nada.
Zoro que también se estaba sentando dijo -es mejor prevenir-, ahí sentados, contemplaban el pequeño estanque que tenía aquel magnífico jardín.
Ambos veían al frente, tranquilos -¿es tu hermano?- el rubio rió por un instante, -¿es tan obvio?- el peliverde simplemente asintió con la cabeza -quizás el parecido...- y también río porque volteó a verlo y le señaló su ceja haciendo una espiral en el aire, el rubio le dió un pequeño golpe con su puño en el hombro.
-aunque realmente nose nada de ti o tu familia... ya sabes... no me dices nada- el peliverde retomaba la conversación con un tema que no le debía importar porque era un trabajo simplemente y no tenia porque meterse.
El rubio lo veía con mucha atención - ehm...- no sabía que contestarle parpadeo varias veces -bueno... como te habrás dado cuenta sí, es mi hermano Niji y ya has conocido a Yonji...
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Entre la espada y un rubio
FanficRoronoa Zoro se ve involucrado con una familia de la que desconoce el gran alcance y poder que tienen y cierto rubio no facilita las cosas. Aunque hubiera deseado no tomar el empleo ya no lo puede dejar.