Preludio

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Zoro seguía abrazando al rubio, aquella sensación le hacía sentir tan reconfortado que no se quería mover, ni siquiera por que escucho otras voces más unirse a los tres afuera de la puerta, el murmullo del rubio le hizo "despertar" -es mejor que te vayas.

El peliverde le respondió en el mismo tono bajo sin dejar de abrazarlo, -¿te lo debo repetir?

-No lo entiendes...

Zoro a regañadientes lo separo un poco, solo lo suficiente para que se vieran -de hecho sí, lo entiendo.

-No. En cuanto se vayan, busca la forma de salir y...

El peliverde no lo dejó terminar y colocó un dedo sobre sus labios, -sí entiendo cejillas, lo entiendo todo...- los ojos azules le veían como si no le creyera, -...te voy ayudar porque te lo había prometido y es lo correcto...- vio como el rubio estaba por reclamarle y continuó despacio, -...además te lo debo-, Zoro apretó los ojos, se inclinó para tocar la frente del rubio con la suya, los abrió lento y centró sus ojos en aquellos azules que se había dado cuenta eran su perdición, -fuiste tu el que me dio ese sobre aquella noche...- el rubio le vio con sorpresa, -...me has ayudado demasiado...-despacio el peliverde bajo hasta rozar su nariz con la mejilla y llegar al oído del rubio, -...ahora es mi turno déjame ayudarte- soltaba aquellas palabras con resolución.

-yo...- Zoro escuchó como el rubio se separaba dubitativo de aquella suave caricia, y hablaba en un suave murmullo -...siento no haberte dicho...pero...

Aprovecho que el rubio bajaba la guardia y tomó su barbilla para que lo viera, -hagamos un trato...- el rubio fijó sus ojos en los de él, -...cuando salgamos de aquí me dirás porque no me dijiste varias cosas...-, el rubio no muy convencido le veía pero no habló, -...a cambio yo te ayudare de aquí en adelante.

Sanji no estaba muy seguro de que decir, -no...yo debo...terminar...- el peliverde ya no lo dejó terminar solo puso sus labios sobre los del rubio mientras sentía su labio roto, se quedo unos instantes así inmóvil para luego retirarse despacio y volver a juntar sus frentes.

-Sé que puedes hacer esto solo...- le decía con tranquilidad el peliverde, -...pero también sé que eres capaz de sacrificarte con tal de conseguirlo...- el rubio desvió las vista ante aquellas palabras, -...no te voy a dejar hacerlo....voy permanecer aquí, a tu lado.- Sanji separó sus frentes para verle lleno de frustración, después resopló estaba por responderle cuando se escucharon como las voces que permanecían afuera de la puerta se alejaron.

Después de guardar silencio por unos momentos y sin percibir ningún ruido en el pasillo, el rubio estaba por separarse del peliverde pero este lo acercó más en su abrazo y palpo su espalda -estás muy delgado.

-Mira quien lo dice- Sanji suavemente tocó la línea de su mandíbula y sus mejillas.

-Es tu culpa.

Aquello hizo que el rubio lo viera por un momento a los ojos -eres un marimo tonto- y despacio se alejó de aquel abrazo.

-Vamos- le soltó Zoro con una leve sonrisa pintada en su rostro.

El rubio asintió y despacio se acercaron a un lado de la puerta, Sanji todo el pomo de la puerta, se cercioró de que no hubiera alguno de aquellos hombres a la vista. Salió seguido del peliverde que cauteloso se encaminó hacia un pasillo hasta que el rubio lo jalo del brazo y en un murmullo: "¡¿que haces?!, ¡no es por ahí!", el rubio lo mantuvo sujeto del brazo y daban vuelta en un pasillo, ocultándose de los hombres que pasaban. Llegaron a las escaleras que el peliverde buscaba, el rubio le dijo que sería más fácil salir si iban por una de las ventanas del primer piso. Subieron con cautela por dichas escaleras el rubio jalo al peliverde a uno de los pasillos pues vio a un hombre que traía una caja y que por la misma le obstruía la vista y no se había percatado de ellos.

Entre la espada y un rubioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora