Capítulo 33

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Bueno no había sido algo tan comprometedor, fue divino pero a decir verdad sentí que me estaba declarando algo más.

—Bien, tengo que colgar, es hora de dormir, buenas noches.

No le di ni tiempo de reaccionar cuando yo misma termine esa llamada.

¿Eso fue una propuesta?

Dejé el móvil en la mesita de noche, fui al baño y me lave las manos, regrese y el móvil no tenía ni una llamada ni un mensaje. Me metí debajo de las sábanas y me cubrí totalmente hasta los hombros.

Miraba el móvil mientras trataba de conciliar de nuevo el sueño pero no se que ocurría que no podía.
Las palabras de Cole no dejaban de rondar en mi cabeza además de que pensaba que en cualquier momento me volvería a llamar.

***
Cuando desperté, ni siquiera recuerdo a que hora me quedé dormida. Intento levantarme de la cama pero todo mi cuerpo duele mucho. Sinceramente me sentía mal.

Con esfuerzo me enderece un poco.
Me sentía débil además de que sentía doler mis huesos y mis músculos... ¡que músculos si ni tengo! en fin, me dolía todo el cuerpo.

Comencé asustarme un poco, toque mi frente y mejillas para verificar mi temperatura corporal.

Y mi nariz comenzó a sentir un cosquilleo intenso, estornude; sentí los ojos llorosos y un dolor en la garganta.

Genial. Me enfermé.

Mire el reloj frente a mi y eran las 11 de la mañana.

Joder! Es súper tarde.

Comencé a hablar conmigo misma sobre que ponerme para ir al trabajo pero me sorprendió mi voz extremadamente intensa y gruesa, además de que me dolía la garganta al hacerlo cuando me dije a mi misma "tranquila" .... ahora menos lo podía estar.

Reaccione al recordar que pudo enfermarme...

¡Claro, sigue durmiendo desnuda y mojada con la ventana abierta!
Eres estúpida o que Vanessa?

Traté de tomar fuerzas, pero era inútil, me sentía muy mal, quería regresar a la cama y cobijarme hasta la cabeza. Pero tengo cosas por hacer, no puedo fallar. No ahora.

Mi móvil comenzó a sonar, tenía más de tres llamadas perdidas de la oficina.

—Hola. -dije apenas en un tono de voz audible.
—Vanessa donde estás? Ya has visto la hora que es?
—Laira, lo siento pero he amanecido muy enferma, la verdad no me siento bien.
—Lo puedo escuchar, pero que tienes? -parecía un poco más calmada que cuando contestó.
—No lo sé, acabo de despertar y la verdad me siento sin fuerzas.
—Bueno, entiendo, te necesitamos aquí pero si no puedes asistir te mando todo por correo y me contestas mañana vale?
—Ok.
—Y pues tomate los días que necesites hasta que te recuperes.
—Gracias.
—De nada.
—Bye.
—Hasta luego.

Al escuchar aquello regrese a la cama un poco más relajada y decidí hablarle a mamá.

Si, necesitaba alguien, son incapaz de hacer algo sola.

—Hola querida qué pasa ?
—Mama me siento muy mal.
—Que tienes? estas enferma, te escuchar afónica.
—Lo estoy, puedes venir por favor.
—Claro, no tardó, estaré allá en 15 Min.
—Gracias y trae un médico por favor.
—Claro.

Mamá terminó la llamada y yo empecé a sentir escalofríos, comencé a temblar y decidí cobijarme con otra cobija encima.
Sentía morir.

Me volví a quedar dormida y entre sueños  escuche los golpes en la puerta. Seguro es mi madre.

Te prefiero a ti Cole Sprouse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora