Capítulo 30

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Metí mis piernas dentro de la gran playera que llevaba puesta de Cole.

Eran las 6 de la mañana y yo solo veía como andaba de un lado a otro arreglando su maleta pues en un par de horas saldría su vuelo.

—Ya revisaste como está el clima allá?
—Si, me llevaré ropa fresca pero cálida.
—Llevate un poco de medicamento. Recuerda que necesitas seguir cuidando la herida.
—Ya lo puse en la maleta.

Me hundí más en el sofá y abrase mis piernas flexionadas.

—Te irás igual que siempre? -pregunto mientras metía un par de zapatos a la maleta.
—Si, ya no tardó en meterme a la ducha. -dije en un tono de puchero.
—Vanessa, no te comportes como si me fuera un año.
—Cuidate mucho. ok? Ten cuidado dónde anden ...
—Tranquila, todo estará bien, te llamaré diario. Tranquila. -se acercó a mí a acariciar mi cabeza
—Ok.
—Te prometo que cuando regrese iremos a un lugar hermoso.
—Ok.

Se acercó y beso mi frente por un par de minutos.

De repente un claxon se escuchó a las afueras y Cole se asomó por la ventana detrás de mí para ver hacia la calle.

—Llegaron por mi.
—Ya tan rápido?

Fue hacia su maleta sobre la cama y la cerro. La saco de la habitación y camino hasta la puerta.
Lo seguí como perro a su dueño.

—Llámame en cuanto llegues.
—Lo haré.
—Te amo.
—Te amo más.

Salió del apartamento y yo me quedé recargada en el marco de esta viendo como caminaba hasta el ascensor .

Por una extraña razón siento como si se estuviera yendo para no volver.

—Cole. -grite.

Él volteo hacia atrás y se detuvo en el camino. Descalza y sólo en playera holgada corrí por el pasillo hasta llegar a él y brincar mientras enrollaba mis piernas en su cintura y lo abrasaba y besaba.

Intenté que fuera un beso que me durara todos esos días que no iba a estar conmigo y después de sacar nuestras lenguas Cole mordía mi labio inferior y lo jalo un poco para después rematar con un casto beso.

—Ahora vuelve ahí adentro y visteté.

Baje al piso y nos volvimos a besar hasta que decidimos parar otra vez, sino él nunca saldría de aquí.

Después de que lo vi por la ventana subir al auto e irse sentí totalmente ese vacío en mi espacio.

Me preparé algo de desayunar y después me di una ducha, me vestí y fui a trabajar. Mantener mi mente ocupada harían pasar más rápido estos días.

Al medio día, después de llegar de compra una tela decidí darme un pequeño descanso y mientras los chicos me ayudaban a meter los rollos de tela a la bodega me metí a mi oficina a tomarme un té y algún bocadillo de la pequeña cafetería.

Al entrar a la oficina vi un papel prqueño pegado al ordenador así que me acerqué con curiosidad a verlo. Lo despegue y vi que más que una nota era un aviso.

"Veámonos hoy a las 8 en el restaurante cercas a mi casa." Atte: Dylan Sprouse

Salí a recepción y hablé con Annie.

—Alguien entró a mi oficina?
—Si, fue su novio.
—Porque no me avisaste ??
—Bueno, pensé que no habría inconveniente.
—Pues si lo hubo, él que entró no era mi novio sino su hermano gemelo.
—Que?! -abrió los ojos como platos. —Oh lo siento mucho, yo no...yo no sabía...
—Exactamente por eso tienes que avisar.

Te prefiero a ti Cole Sprouse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora