Capítulo 5

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  [ Mensaje : Pásate por Insane; ]   




________ llevaba ya dos horas reposando sobre la cama del cuarto de hospital donde había sido puesta. Justin tenía el móvil pegado al oído mientras escuchaba a su jefa, la teniente Trichel. 

―Escuché el llamado e interferí, eso es todo. Acababa de llegar de mi vuelo y estaba cerca del área donde había surgido la llamada.

―Enfócate en el caso, agente. No se desvíe.

Justin prefirió quedarse callado y pronunciar y simple y frio "entendido" antes de colgar. No estaba en su ética dejar pasar una emergencia y mucho menos sabiendo que una vida corría peligro. Y no estaba para nada arrepentido, que va. Cuando había avanzado para atrapar a aquella chica antes que se golpeara la cabeza contra el suelo, reconoció a _________ de inmediato ¿Cómo iba a olvidar el motivo de sus fantasías, el motivo por el cual estaba tan obsesionado con las morenas?

Se acercó a ella sin hacer mucho ruido y la observó detenidamente. La inocencia y dulzura en su rostro no había desaparecido. Seguía ahí esa barrera que lo había hecho huir hace diez años. Observó su cuerpo. Si antes sus curvas lo tenían enloquecido, ahora que su cuerpo se había desarrollado mas estaba invadido con un calor desconcertante. Jadeó y observó directamente a sus labios, aquellos labios que siempre había sentido la necesidad tortuosa de besar hasta secarse la piel de ellos. Deseaba tocarla, besarla con locura, hacerla sentir lo que él sentía, hacerle el amor como siempre había deseado.

________ soltó un gemido y movió el cuerpo, temblando. El cuerpo le pesaba. Le latía la cabeza y la mano, sobre todo la muñeca. Volvió a soltar un gemido y abrió los ojos de golpe. La luz blanca de la habitación le obligó a cerrarlas de nuevo. 

―Oh, Dios. Mi cabeza ―se quejó.

Justin se mordió el labio para no reír. ________ parecía una niña. Se acercó a ella y le tomó la mano derecha. Con el pulgar se la acarició con delicadeza. El pulgar sobre su piel le quemaba las entrañas. Oh, como había deseado tocarla desde hace tanto, tanto tiempo. _________, al sentir aquel contacto cálido, retiró la mano de inmediato y se puso de pie. Todo, de un momento a otro, le dio vueltas y estuvo a punto de caer. Pero apunto, porque un par de brazos cálidos la enroscaron y protegieron contra un cuerpo fuerte y protector. ________ observó aquel par de ojos azules que la observaban, la protegía. El corazón comenzó a latirle desesperadamente. Reconocía esos ojos.

― ¿J-Justin? ―llamó su nombre en un susurro débil.

Justin le sonrió. Aquella sonrisa no cambiaba. Era la sonrisa que le robaba los más grandes y dolorosos suspiros. Aquella sonrisa de la que ella se había enamorado como una adolescente locamente necesitada de un poco más de amor del que ya tenía. ________ dejó escapar las lágrimas y se lanzó sobre él para abrazarlo. Justin, en medio de un shock, no supo que hacer. La suave y exquisita piel de _______ se rozaba contra él. Sus suaves y mullidos senos golpeaban su pecho, agitado por la conmoción. Al fin, segundos más tarde, reaccionó y la envolvió aun mas contra él. Los dulces sollozos de ________ lo conmovieron de tal grado que la piel de su brazo se erizó por completo. Oh, no...

― ¿_________? Tranquila, ya pasó ―le acarició el cabello―. Sh, no llores.

―No puedo creer que estés aquí ―lo abrazó con mas fuerza―. Pensé que no volvería a verte.

Justin permaneció en silencio, esperando calmadamente a que ella se estabilizara nuevamente. Notó como sus sollozos fueron disminuyendo minutos después. Por fin _________ se animó a separarse. Dejó caer la cabeza, avergonzada, y se limpió las lágrimas con las manos. Justin la detuvo, tomó su barbilla y la levantó para que lo mirara. Le dedicó una sonrisa.

―Bonitos ojos, chérie*.

________ sintió como se ruborizaba. Recordaba que él una vez la había llamado así por el color de sus ojos. La sonrisa de Justin se hizo más notoria.

―Cuéntame una cosa, ________ ¿Qué hacías en ese lugar a esas horas?

―Mi jefe me dijo que debía ordenar un montón de archivos y no podía esperar hasta mañana.

―Creí que lo tuyo era la cocina, ¿no? ¿Qué haces de secretaria?

_______ volvió a ruborizarse. Él lo recordaba.

―Cosas, problemas...

Él le sonrió.

―Bueno, he conseguido que te hagan el interrogatorio mañana cuando te encuentres en mejor estado. ¿Sigues viviendo con tu padre, vives sola o estás casada?

_______dejó caer la cabeza. Oh, no. Se iba a poner a llorar.

―________, chérie ¿Qué sucede?

Ella negó con la cabeza.

―No, nada. Yo, um...vivo sola. Mi padre, um...Está en Estados Unidos, si.

_______ sintió que merecía caerse a golpes ella misma. Había hecho mal, lo sabía, pero no soportaría que él se burlara de ella por no tener padres al igual que lo hicieron sus "amigos" en el pasado.

―Entonces, ¿te llevo? Sólo tienes que decirme donde vives.

________ lo pensó por un momento. No, definitivamente no. No dejaría que él viera donde ella vivía. Se burlaría.

―No, está bien. Tomaré un taxi hasta que pueda ir por mi auto mañana.

Manos sucias. j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora