Capítulo 43

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—El lugar es seguro —murmuró Mark.

A Justin le pareció de todo menos seguro. Era una casucha vieja en medio de la nada, alejado de todo, que parecía caerse en pedazos. Pero estaba bien por ahora. Todo lo que quería saber es donde estaba ________ y como encontrarla. Lo demás, desde el peligro a que la casa les cayera encima a que los encontraran, sea quienes sean los que los buscaban.

—Mark —musitó Nirvana—. Necesito tu teléfono. 

Mark frunce el ceño, pero termina cediendo. Nirvana se aleja considerablemente de ellos.

—No sé ni cuanto llevamos caminando —musita Mark, dejándose caer sobre un viejo sofá cubierto de polvo.

—Casi dos horas —dice Justin—. Termina de contarme.

Mark toma una gran bocanada de aire.

—Cuando te sacamos del hospital, Magnus apareció de momento. No sé cómo se enteró, pero suponemos que es por el asunto de que te habían asignado su caso. Soltó un disparo; fue cuando ________ se detuvo. Temo que fue ahí cuando el juego y la cacería de policías se le pusieron aun más interesantes. Sé que se sintió atraído por la chica, así que la saqué de ahí lo más pronto que pude. Temo que no ha sido suficiente. Magnus está obsesionado con ella.

—Insinúas que él la tiene.

Mark lanza una mirada cautelosa a Nirvana, que está hablando con alguien por el móvil.

—Quiero inclinarme más por la opción de que su padre la tiene y que ha hecho esto para separarla de ti —hace una mueca—. Pero tengo mis sospechas. Pienso que Magnus está más cerca de la chica de lo que desearíamos.

Justin cierra las dos manos en un puño, totalmente impotente.

—Si de verdad él la tiene, temo que no voy a llegar a tiempo —suelta una maldición—. ¿Cómo pude ser tan estúpido?

—No podías recordarla. Eso le fue muy útil a esa mujer.

—Yo prometí que la cuidaría, que no iba a lastimarla —tensa la mandíbula—. Y si Magnus realmente la tiene, es como si la estuviera lastimando de nuevo. Porque yo provoqué esto. Si no la hubiese tratado de tal manera, ella habría estado durmiendo conmigo. Al menos hubiese escuchado el forcejeo.

—No hubo forcejeo, por Dios —gruñe—. ¿Crees que si lo hubiese habido fuéramos capaces de no escucharlos? ________ tiene tremendos pulmones. 

—No creo que se haya ido así como así.

—Tal vez la obligaron, o la amenazaron con hacerle daño a alguien. O simplemente había un arma de por medio. No lo sé.

—No necesito no saber nada, sino todo lo contrario.

Nirvana se acerca justo antes de colgar.

—Hay un aeropuerto abandonado cerca de aquí, como a unos diez minutos en coche. Creen que se ha estado utilizado de mano de narcotraficantes.

Mark frunce el ceño.

— ¿Quién te dijo eso? —pregunta.

—Mi ex esposo. Me debía un favor.

—Espera, ¿estuviste casada?

—Hay cosas de mí que aun no te he contado, discúlpame. 

—Creo que es una de esas cosas que debes empezar a decir cuando inicias otra relación.

—No me gusta hablar de él, ¿vale? La cosa es que le cobré un favorcito.

— ¿Qué favorcito?

—Que firmara los papeles del divorcio sin armarle una escena —se cruza de brazos—. ¿Quieres seguir hablando de él o prefieren que les diga lo que supe?

Mark suelta un bufido, pero deja que hable.

—Hace unas horas despegó un avión. Se cree que despegó de la misma pista aérea abandonada.

— ¿Y tu —dibuja unas comillas en el aire— “ex” como lo sabe?

Nirvana pone los ojos en blanco.

—Tiene un amigo aquí que trabaja con asuntos internos e investiga sobre esa base aérea.

Mark decide únicamente lanzarle una mirada oscura, celosa. Justin da un paso hacia ella.

— ¿Eso fue todo lo que te dijo? 

Ella asiente.

— ¿No saben hacia donde fue ese avión?

—Solo saben que salió de Chile. Se les hace difícil rastrearlos cuando abandonan el país.

Justin suelta una maldición. Con la mano cerrada en un puño golpea con fuerza la pared de madera, creando un hoyo. Revisa las armas en su cinturón y se apresura a salir.

— ¿A dónde vas? —chilla Nirvana.

—Voy a buscar a mi mujer —guarda un arma en el cinturón mientras continua sosteniendo la otra en la mano—. Si ese cabrón o quien sea la tiene, no le voy a dar ni la más mínima oportunidad de ponerle las manos encima. 

Manos sucias. j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora