Capítulo 15

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[Mensaje : Pásate por Insane; ]   


«Han pasado muchas horas», pensó ________ con preocupación. Justin se había marchado hace más de seis horas, no había llamado ni enviado un mensaje para dejarle saber que se tardaría. No había querido probar bocado, así que la comida no tardó en enfriarse. Un doloroso hueco se le formó en el estómago a medida que las manecillas del reloj se movían. Se levantó del sofá y caminó hacia el estudio de Justin. Halló el número de McDowell y consiguió marcarlo con dedos temblorosos. Contuvo un grito de exasperación cuando nadie respondió a la llamada. Volvió a llamar una segunda vez, una tercera, una cuarta.

—McDowell —respondió.

_________ suspiró a aliviada.

—Disculpe que lo llame, señor McDowell. Soy _________ Hydes, amiga de Justin Bieber. Tengo entendido que usted es su jefe.

McDowell suspiró.

—Sé quién es usted. En efecto, soy el jefe de Justin. De hecho, él me pidió que la llamara, pero he estado ocupado.

— ¿Le pidió que me llamara? ¿Para qué?

—Justin pidió que lo trasladaran a Rusia.

__________ contuvo el aliento.

—Oh, ¿y c-cuando regresa?

—Ha dicho que no va a regresar. Pidió que no volviéramos a asignarle un caso en el que tuviera que viajar a Canadá.

________ cerró los ojos con fuerza.

— ¿Sabe por qué? —preguntó con la voz estrangulada.

McDowell suspiró.

—Justin es así, señorita. No es un hombre de una sola relación, sino de varias. Decidió trasladarse a Rusia porque, según usted, no iba a perdonarle que se marchara.

La morena apretó los dientes.

—Tiene razón.

Colgó el teléfono. Lo apretó con fuerza entre sus manos y chilló. Chilló como si estuviese muriéndose, como si un puñal frío marcara una gran 'X' en su corazón, desangrándose. 

«¿Me amas?»

«Sí.»

«Bien, porque me estoy enamorando de ti.»

Se maldijo a ella misma y lanzó con fuerza el teléfono. Se dejó caer al suelo y se envolvió entre sus propios brazos. Deseaba hacerse pequeña y, entonces, aún más pequeña y más pequeña, hasta desaparecer. ¿Cómo había caído tan fácil en las palabras dulces de un hombre que, incluso años atrás, ni siquiera le había interesado como hombre?

—Era tan obvio —chilló—. Sólo te importó el sexo. Qué estúpida fui.

Se secó las lágrimas con violencia y corrió hacia la habitación para buscar su ropa. Tenía que irse de esta casa donde el único hombre que había amado le había destrozado el corazón.

_________ había ido a su casa, había tomado un baño y se había quedado dormida por un par de horas. Decidió que, en cuanto amaneciera, iría a trabajar. Necesitaba, debía, distraerse para olvidarse de Justin.

Justin.

Recordar su nombre le abría un espantoso hueco en el estómago. Contuvo el aliento y luego de varios segundos, lo expulsó. Le dio un trago de su café antes de entrar a su lugar de trabajo. Los empleados iban de aquí para allá. Notó que varios policías revisaban alguno que otro documento, salían de la oficina de archivos y de fotocopias. ________ frunció el ceño.

—Disculpe, ¿es usted empleada del señor Ryan Butler?

_________ tragó saliva ante la pregunta del agente.

—Eh, sí. S-soy una de sus asistentes secretariales ¿Por qué?

El agente frunció el ceño.

—Uh, ¿usted es la mujer del otro día? La que hizo la llamada por...

—Sí, soy yo —lo interrumpió. No quería recordarlo. Ese día se había reencontrado con Justin—. ¿A qué se debe tantas preguntas?

—Dígame su nombre, por favor.

—________ Hydes.

—Venga conmigo.

Nerviosa, ella obedeció. El agente la condujo a una oficina vacía. Allí sólo estaban ellos dos.

—Necesito hacerle algunas preguntas —estiró el brazo hacia la silla, indicándole sentarse. Ella obedeció—. Tengo entendido que usted se encontraba en los almacenes donde guardan todos los documentos a altas horas de la noche. Ese horario no corresponde a su horario de trabajo.

—Mi jefe me pidió que fotocopiara y guardara unos documentos con urgencia, así que me quedé un rato más.

— ¿Sola?

—Bueno...supuse que no, aunque no pensé en ello. El señor Butler tiene guardias custodiando el edificio a todas horas, así que supuse que no iba a pasar nada como eso.

— ¿Vio usted a alguno de los hombres?

—Estaba oscuro —agitó la cabeza—. Además estaba asustada, no pude fijarme bien.

— ¿Tiene alguna idea de qué cosa podría resultarles interesante?

—En ese lugar sólo hay papeles, contratos, pagarés, etcétera.

— ¿Algo en la empresa, aparte de papeles?

—Estoy segura de que buscaban algo en ese almacén. Quiero decir: uno de ellos dijo que le mostraran el archivero. Ese mismo día, horas antes, estuve ahí. Había dos hombres, creo. Los dos estaban molestos porque no pudieron abrir un archivero. 

El agente asintió.

—Gracias por su cooperación —dijo.

__________ frunció el ceño.

— ¿Eso es todo?

El agente volvió a asentir.

— ¿Entonces puedo empezar a trabajar? Seguramente el trabajo está hasta...

El agente agitó la cabeza.

—El señor Butler me ha entregado una lista de sus empleados menos confiables y, lamento tener que decirlo, pero me pidió que, luego del interrogatorio, le avisara que está despedida.

_________ contuvo el aliento. Se maldijo ella, maldijo a Justin y maldijo a Ryan. Los hombres eran una basura

Manos sucias. j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora