Capítulo 41

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Mark se tantea el arma que tiene en el bolsillo trasero. Nirvana lo sigue con cuidado, caminando sobre el terreno rocoso. 

—Comienzo a dudar seriamente que haya venido por aquí —murmura ella.

—Ya te lo dije: no se fue, se la llevaron. 

—Sí, ¿pero a donde?

—Si lo supiera, no estaríamos aquí.

Mark se detiene de golpe al escuchar un ruido. Pasos, eran pasos. Se gira rápidamente y oculta a Nirvana con su cuerpo, apuntando hacia la amenaza.

— ¿Quién anda ahí?

Los pasos no ceden; siguen avanzando.

—Alto o disparo.

La maleza se agita por un par de manos, que descubren en segundos un rostro.

—Justin —musita Mark, bajando el arma—. ¿Qué haces aquí?

Por un segundo, Mark creyó haber recuperado a su colega. Iba vestido como era habitual y portaba un arma en la mano derecha y otra en el cinturón.

—De verdad, Mark, no estoy para dar explicaciones —se acerca lentamente—. Acabo de meterme tremendo golpe en la cabeza.

— ¿Qué te pasó?

—No quiero hablar de eso ahora ¿Encontraste a ________?

Nirvana empuja a Mark para abrirse paso.

— ¿Tenemos la puta cara de haberla encontrado? Y te advierto una cosa, poco hombre: si trajiste esas armas para hacerle daño a mi amiga, voy a dispararte primero en las pelotas y te va a doler.

—Duele —asiento—. Pero no quiero hacerle nada. Quiero una oportunidad. Tengo que explicarle algunas cosas.

Nirvana parpadea.

—Entonces, ¿ya la recuerdas?

Justin asiente.

—Lindo. Debimos haberlo golpeado en la cabeza desde el principio.

—Nirvana —murmura Mark.

—No, tiene razón —dice Justin—. Le prometí que no iba a lastimarla, y lo hice. Dejé que esa mujer me llenara la cabeza de ideas.

Mark frunce el ceño.

—Espera, ¿qué mujer?

—Una enfermera, se llama Katliana. Me hizo creer que éramos pareja y que ________ había intentado asesinarla, ya que esperaba un hijo mío.

—Pero qué pendejo eres —gruñe Nirvana.

Justin hizo una mueca, dándole la razón.

—Solo quiero saber dónde está.

Mark traga saliva.

—A medida que avancemos te contaré. Pero créeme, no te gustará.

Manos sucias. j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora