Manos sucias. j.b

Capítulo 31

________ camina de aquí para allá, nerviosa. Hace casi quince minutos Katliana había entrado en la habitación de Justin y no había salido a dar noticias. En su interior presentía lo peor.

—No, ________ —se dijo a si misma—. Él va a estar bien.

Nerviosa, terminó por desplomarse nuevamente en el sofá. Cerró los ojos y se concentró en los recuerdos. Justin, su héroe. Sacándola del almacén el día del robo. Cuidándola, mimándola, llenándola de cariños. Justin dándole amor, todo el amor que le hacia falta.

«Tienes unas manos divinas, nena. Todo lo que haces con ellas es perfecto.»

—No tienes idea de todo lo que haría contigo, Justin —susurró _________ para sí.

«Tu cuerpo me necesita y el mío a ti.»

—Sí —suspiró—. Lo hace.

Tantea los labios con los dedos, recordando sus besos. Abre los ojos de golpe.

«Tengo que llamar a Nirvana»

Salta del sillón, agarra el teléfono y marcó su número.

—Em, ¿hola?

—Nir —chilló—. Soy _________.

—No me jodas, ¿por qué gritas así? ¿Justin está bien?

—Si, está bien. Ya despertó.

________ escucha a Nirvana gritar.

—Eso es grandioso. ¿Y qué te dijo?

—Estaba como confundido. Lo está revisando la enfermera.

Nirvana permanece en silencio por un rato.

—_________, ¿qué enfermera?

El sonido de los tacones capta la atención de la morena.

—Luego te llamo, Nir.

—No, ________. Esto es importante ¿Qué enfer…?

Ya era tarde, la llamada se había caído.

—Justin quiere verte —anunció Katliana.

________ suelta un gritito de felicidad.

—Gracias —chilla.

Sale corriendo como una cría emocionada. Katliana la observa marcharse, y no puede mas que sonreír.

—Pobre estúpida —dice para sí—. No sabe lo que le espera.