Capítulo 30

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_________ observa a Katliana sobre el sofá, deslizando los pulgares por la pantalla. La chica parece no notarla, porque permanece quieta.

— ¿Katliana? —dice ________.

La aludida da un salto, visiblemente asustada. Le lanza a la morena una mirada preñada de molestia.

— ¿Necesitas algo? —dice.

—Um, si. Justin, em, despertó. Tal vez deberías…

Katliana salta del asiento, caminando a toda velocidad hacia la habitación. Una _________ confundida permanece en la sala, dándole tiempo y espacio a Katliana para atenderlo. Se deja caer sobre el sofá mientras se abraza a ella misma. La emoción y la alegría de saberlo despierto y sano la cubre como un suave manto de seda. No puede evitar sonreír, presa de la satisfacción más grata. Permanece pacientemente sentada, contando mentalmente los minutos que faltaban para volver con él.

Katliana entra a la habitación donde está un Justin cansado y pálido. Tiene los ojos cerrados y la mano posada suavemente sobre su frente. Se le veía débil, pero muy guapo.

«Lástima que tendré que matarte»

Katliana se aclara la garganta, llamando la atención de Justin.

— ¿Justin? —musita con voz quejumbrosa.

Justin aparta la mano de su frente y enfoca su campo visual en ella.

—Hola, Justin —musita Katliana—. Yo…

—Antes —hace una mueca— quiero preguntar…Esa mujer…__________ —vuelve a hacer una mueca—. ¿Qué hace aquí?

Katliana pestañea.

— ¿No la recuerdas?

—Claro que sí, ¿pero qué hace en Inglaterra? —frunce el ceño—. ¿Y dónde estoy?

— ¿De verdad no recuerdas nada?

—Recuerdo que la última vez que vi a _________ me marchaba de Canadá. No sé que hace aquí, sea donde sea que estemos.

Katliana lucha por contener una sonrisa.

«De modo que no te acuerdas, ¿eh? —dijo para sí—. Esto es perfecto»

Katliana estalla en llanto. Justin, sorprendido, intenta sentarse.

—Oh, mi Justin —chilla—. No puedo creer que no te acuerdes de nada.

— ¿De qué me debo acordar? —frunce el ceño—. ¿Qué pasa?

—Esa mujer, __________, hizo que te lastimaran. Mandó a asesinarte.

El corazón de Justin dio un vuelco. No, no puede ser. Esa no era la tierna ________ que recordaba.

—No… ¿De qué hablas?

—Trató de matarme para separarnos, Justin —se cubrió el rostro con las manos mientras fingía el llanto—. Éramos tan felices hasta que ella apareció. Quiso matarte y también a mí.

—A… ¿ti? ¿Por qué?

—Estoy esperando un hijo tuyo, Justin. Un hijo de los dos.

Katliana volvió a estallar en llanto. El pecho de Justin se comprimió. No puede ser. ¿_________? No, _________ era la chica mas dulce que había conocido. No puede dañar a nadie. ¿Y esa mujer, quien era? ¿Por qué no podía recordarla? ¿Por qué no podía recordar que esperaba un hijo suyo? Pero viéndola en ese estado, llorosa y temblorosa, no podía dudar que era cierto.

Su _________, la niña dulce, había desaparecido. En su lugar estaba ahora un demonio, un monstruo, que quiso acabar con su hijo. Una desilusión cruzó su pecho. Si realmente había intentado un acto tan bárbaro, no dudaría en hacerla pagar.

Manos sucias. j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora