Capítulo 21

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 [ Mensaje : Pásate por Insane; ]   


_________ maldijo cuando escuchó su nuevo móvil sonar a las siete de la mañana. Era sábado. Los sábados eran su día libre.

—¿Quién mierda es? —contestó sin mirar la pantalla.

—Soy Nirvana, jodida floja de mierda. Despiértate ya.

—Es Sábado, carajo.

—No me importa, ________. ¡Tenemos que ir a celebrar tu primera semana de trabajo!

—No me importa la puta primera semana de trabajo ¡Déjame dormir!

—¡No te atrevas a colgarme! —gruñó—. Estoy frente a eso que llamas departamento, que parece más un prostíbulo que otra cosa ¡Hay decenas de mujeres mal vestidas aquí!

—Cuidado y te escuchan ¡Ellas muerden!

—Estoy en mi auto, no puede. Saca tu trasero de la cama, date un baño y ven aquí.

Diez minutos después, una _________ malhumorada y seria salió del edificio. Nirvana tocó el claxon para que supiera donde estaba.

—Buenos días, ________ —dijo ella cuando ________ entró.

La morena le gruñó.

—No son buenos días, Nirvana. Odio que me levanten tan temprano en vacaciones ¡Lo odio!

Nirvana soltó una carcajada.

—Yo sé cómo ponerte contenta.

—Lo dudo.

Nirvana encendió el auto y arrancó.

—En los asientos de atrás, hay una mochila negra. Cógela —le dijo.

_________ le gruñó, pero le hizo caso.

— ¿Ahora qué?

—Ábrela, duh.

La morena abrió la mochila. Encontró dos conjuntos de lencería: uno negro y otro rojo.

— ¿Qué es esta mierda? —gruñó __________.

—Iremos a buscar a Justin —canturreó Nirvana.

__________ soltó una maldicion.

— ¡¿En qué diablos piensas, Nirvana?! Primero: ¡no quiero saber nada de ese imbécil! Segundo: ¡no me voy a poner esto!

—Mira, ________. Las cosas no son como tú... —el móvil de Nirvana sonó, estiró el brazo y contestó—. Uh. Hola, guapo.

__________ puso los ojos en blanco.

—Ya recogí a _________. Si....ya le explico. Uf...Es que está muy arrisca. No, nene...Lo que le hace falta es una buena sesión de sexo.

— ¡Nirvana!—gritó ________.

—Luego te marco, nene. Nos vemos esta noche, mm.

Colgó.

—Eres increíble —masculló _________, molesta—. ¿Hace cuánto conoces al tipo?

—Una semana —contestó feliz—. Es un poli. Mm-mm. Es divino en la cama, _________.

—Al parecer ahora los policías tienen fama de ser buenos en la cama.

—No te amargues, nena. Te conseguiré a tu hombre.

—No seas ridícula. ¡No quiero saber nada de él!

—Oh, claro que quieres. Apuesto a que lo extrañas entre las piernas.

—Maldita sea, Nirvana ¡Deja de hablar así! ¡No quiero saber nada de ese imbécil bueno para nada!

— ¿Ni siquiera que está en coma?

__________ se puso pálida.

— ¿Qué dices?

—Si quieres saber, mi condición es que debes acceder a ponerte la lencería.

—E-esta bien, ¿pero me dirás?

—Sí.

— ¿Para qué debemos ponernos eso?

—Porque esta noche tenemos que comportarnos como unas zorras de mierda.

Manos sucias. j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora