CAPÍTULO 36

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-NARRADOR OMNISCIENTE-

-Camila, contesta el celular- la ojiverde había estado llamando varias veces a su novia y no contestaba. Comenzaba a desesperarse, pues ya tenía todo listo y no sabía nada de ella.

-Debió haber llegado hace una hora - dijo sentándose en la cama. -¿y si está ebria y se fue a casa? -se preguntó-¡Demonios! Qué hago aquí hablando sola? Será mejor ir a casa con ella.

Se acercó a la mesa comenzando apagar las velas, cuando varios golpes en la puerta la hicieron sobresaltar.

-ya llegó, ya llegó - dijo dando saltitos , llena de emoción e ilusión, pues estaría apunto de comenzar una gran etapa a lado del amor de su vida, o eso creía. -¡Voy!, ¡ya voy! -gritó, rápidamente volvió a encender las velas.

Volvieron a tocar la puerta de la habitación, de una manera desesperada.

- ¡Ya voy, mi amor!, espera un momentito - pidió mirándose al espejo y se arregló un poco más.
Seguido, se dirigió a la puerta para abrirla.

–Bien, bien, calma Jauregui, calma, sólo le pedirás que se case contigo-susurró para sí misma antes de abrir la puerta. La chica estaba demasiado nerviosa.
–Creí que no llegarías... -se quedó callada en cuanto vio a dos hombres cubiertos del rostro con pistola en mano.

Rápidamente quizo cerrar la puerta, pero no pudo, no le dio tiempo.

-¡No!¡no! ¡Váyanse! ¡Váyanse! -corrió rápidamente para encerrarse en el baño, pero fue alcanzada por uno de ellos; quién la jaló del cabello y le dio un golpe en la cara.

-¡Suéltame! -Gritó forcejeando con el hombre de ojos color miel.

-Shh... -susurró el otro tipo cerca de su oído, colocándole un pañuelo en la boca a la ojiverde, mientras dejaba un beso en su mejilla.

La ojiverde se quejaba mientras intentaba defenderse de aquellos, tipos, pero no pudo más, cayó desmayada.

*

Por otro lado, la castaña iba llegando  a su departamento, caminaba lo más rápido que podía, pero al llegar recordó que no llevaba las llaves.

-Diablos-susurró, pero eso no la detuvo, pues empezó a golpear con desesperación la puerta -¡Lauren! Abre la maldita puerta! -gritaba furiosa.–¡Lauren!

Dio varios golpes por unos segundos, hasta que abrieron la puerta. Su corazón cayó al suelo cuando miró a Joe del otro lado, pues estaba casi desnudo, sólo su cintura  envuelta en una toalla.

-¿Camila? ¿Qu-qué haces aquí? -preguntó el ojiverde sorprendido, casi pálido.

La castaña no contestó, sus lágrimas volvieron a correr por su mejilla. Llena de ira, llena de celos, llena de dolor le dio un fuerte golpe a Joe, rompiéndole la nariz.

-¡Maldita sea, Camila! -gritó el ojiverde, cubriéndose mientras la nariz sangraba.

La castaña entró a su departamento rápidamente, con la intención de encontrar a Lauren.

-Camila, ¡No!, ¡Espera! -Joe intentó detenerla.

La castaña se dirigió a la habitación principal, pero no había nadie.

-¡Lauren! ¡¿En dónde carajo estás?!-gritó llena de dolor.
Corrió hacia la habitación de huéspedes y al abrir la puerta se encontró con una chica desnuda acostada de espaldas, estaba completamente dormida. La castaña creyó que era su chica, pero estaba equivocada. Los celos, la ira y el dolor no la dejaban ver.

La castaña sentía morir ahí mismo, su rostro estaba pálido, mientras su cuerpo temblaba de tanta rabia.
Joe intervino, asi que rápidamente cerró la puerta.

ELLA ES MI CHICA; CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora